La pandemia del coronavirus está golpeando con dureza España a nivel sanitario, social y económico. Prácticamente todos los sectores se están viendo afectados y perjudicados. Uno de los que más es el comercio de proximidad, las tiendas de barrio, que están luchando por sobrevivir a los efectos devastadores de la Covid-19.
Sin embargo, el panorama no es nada halagüeño. "El 25% de los comercios de proximidad cerrará a finales de 2020 y esperamos que no sean más», según augura el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Pedro Campo.
Campo se lamenta, en declaraciones a 20minutos, de que "el comercio de proximidad es uno de los más afectados por la crisis del coronavirus junto al turismo y la hostelería". El presidente de CEC recuerda que el comercio "venía de una situación complicada marcada por una readaptación en la que se estaba apostando por incorporar y fomentar la venta por internet".
El objetivo del comercio de barrio hasta febrero de 2020 era adaptarse a esa nueva realidad para mantener la viabilidad y hacer frente a la competencia de las tiendas online y a otros retos como el precio de los alquileres, muy elevados en zonas céntricas de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla.
La estocada del cierre por el confinamiento obligado
"El coronavirus lo empeoró todo, el confinamiento y el cierre obligado durante casi tres meses supuso un golpe tremendo para el comercio de proximidad", recuerda Campo.
"Los comerciantes solicitaron créditos al Instituto de Crédito Oficial (ICO) u optaron por otras fórmulas de financiación para poder resistir, pero al salir del confinamiento nos encontramos con otra realidad también negativa, una caída drástica de las ventas", recuerda.
El presidente de la Confederación Española de Comercio habla claro: "Es un drama, apenas hay actividad".
Por todo ello, desde la CEC calculan que, al menos, el 25% del comercio minorista de proximidad irá a la quiebra.
En España, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo existen más de 440.000 comercios de proximidad. De ellos, el 49,5% está constituido por autónomos y el 47,1% son microempresas de entre 1 y 9 asalariados. Tan solo el 3,4% restante son pymes de más de diez trabajadores.
Por tanto, entre 100.000 y 120.000 comercios, previsiblemente, cerrarán la persiana antes del 1 de enero de 2021, según las estimaciones de la confederación de comercios. De hecho, Pedro Campo asegura que tras el estado de alarma decretado por el Gobierno, entre un 10 y un 15% de los comercios ya no volvieron a abrir sus negocios.
Calzado, textil y ocio, los más afectados
Los comercios de barrio más perjudicados por la crisis del coronavirus, debido al desplome de las ventas, son el calzado y el textil, seguidos de las vinculadas al turismo –como las agencias de viaje– o el ocio, según Pedro Campo.
"Principalmente, se debe a dos factores, el primero es el temor a la situación económica, a perder el empleo o ver mermados los ingresos, y el segundo es que la gente sale bastante menos de compras por temor a contagios", asegura.
Todo ello, según el presidente de la Confederación Española de Comercio, provoca una fuerte reducción del consumo, lo que puede hundir a muchos comerciantes.
Y hay un tercer factor que influye en la decisión de dejar de mantener vivo un comercio: el precio de los alquileres.
"Ya hay mucho negocio de proximidad cerrado, sobre todo en los centros de las grandes ciudades, porque los alquileres son muy altos", explica Pedro Campo.
El máximo representante de los comerciantes subraya que durante el estado de alarma, "solo el 60% de los comercio logró que le rebajarán el precio de los alquileres".
"El propietario de un local que ya te conoce, que sabe que llevas años luchando por tu negocio y pagando el alquiler, es más proclive a echar una mano, pero a los fondos de inversión, que tienen el 40% restante de los locales alquilados, no les importas nada y se niegan a rebajar precios", denuncia.
Alimentación y hogar, los que mejor resisten
Preguntado por los sectores que mejor están resistiendo al impacto económico de la Covid-19, Pedro Campo apunta a "los comercios de alimentación" ya que, "por cuestiones obvias, han continuado vendiendo durante todo este tiempo".
Además, agrega, el sector del equipamiento de hogar y las reformas tuvieron un repunte tras el confinamiento, y es que "hubo gente que decidió, por ejemplo, cambiar el sofá antiguo por uno nuevo, comprar una lámpara, etc... pensando en que debían acondicionar mejor el hogar previendo posibles nuevos confinamientos".
El presidente de los comerciantes, para evitar la quiebra de miles de comercios, invita a los españoles a no sucumbir al miedo y a "comprar lo necesario, no lo imprescindible". Ello, recalca, ayudaría al conjunto de la economía española.
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