Requisitos imprescindibles para que te apliquen la 'doctrina del paréntesis' y cobrar tu pensión sin cotizar los últimos años
- Para tener derecho a una pensión de jubilación se deben acreditar, al menos, 15 años cotizados.
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La doctrina del paréntesis es una herramienta que trata de flexibilizar los requisitos necesarios para acceder a la jubilación. Actualmente, el periodo de cómputo para el cálculo de la pensión es de 25 años, aunque el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dirigido por José Luis Escrivá, ha planteado ampliarlo hasta los 30 años como medida incluida en la reforma de las pensiones.
En el caso de perder el empleo en los últimos años de cotización puede suponer una base reguladora menor, por lo que la pensión sería más reducida. Aquí es donde entra en juego la doctrina del paréntesis, ya que "facilita cumplir los requisitos exigidos, puesto que es más fácil cumplir con el periodo de carencia específica", detallan en el portal Jubilación de Futuro de BBVA.
Requisitos y carencias para acceder a la pensión
En primer lugar, para tener derecho a una pensión de jubilación se deben acreditar, al menos, 15 años cotizados, que sería la carencia genérica. Además, dos de esos 15 años (carencia específica) tienen que haberse cotizado en los últimos 15 años anteriores al hecho causante.
No obstante, "el requisito de carencia específica es difícil de cumplir en aquellos supuestos en los que un sujeto acceda a la pensión de jubilación desde situaciones asimiladas al alta, sin obligación de cotizar, como el paro forzoso no subsidiado", detallan.
De esta manera, la doctrina del paréntesis se basa en añadir entre paréntesis los periodos en los que no pudo cotizar por causas ajenas a su voluntad. "Se pretendía así posibilitar el cumplimiento de la carencia específica de dos años de cotización en los anteriores al hecho causante, conforme a una interpretación humanista de la norma", añaden desde BBVA.
Como recoge 'El Economista', esta doctrina se ha adoptado en diferentes ocasiones por la jurisprudencia cuando un trabajador ha recurrido a la decisión de la Seguridad Social de rechazar el cobro de las pensiones por no tener la cotización necesaria. En cualquier caso, el trabajador tendrá que demostrar que la base de cotización se ha visto afectada siempre en contra de su voluntad.