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Giro estratégico

La banca tira de recompras por 5.200 millones para recuperar al accionista

Ana Botín (Santander) y Carlos Torres (BBVA).
L. I.

Primero BBVA y después Banco Santander. Las principales entidades se colocan a la vanguardia de una tendencia que tiene tintes de perpetuarse: las recompras de acciones, una fórmula apenas utilizada por el sector bancario español. Las operaciones ya ejecutadas y las anunciadas suponen unos 5.206 millones de euros de forma agregada, pero está previsto que la moda continúe y atraiga a otras entidades que buscan seducir a inversores tras años de decadencia bursátil. CaixaBank, de hecho, ya ha avanzado que planea seguir este camino muy tradicional en otras jurisdicciones como la americana para complementar el tradicional dividendo en efectivo. 

El banco presidido por Carlos Torres se puso a la delantera cuando anunció un gran programa por importe de 3.500 millones de euros que lo consolidaría como uno de los mayores jamás vistos en el Viejo Continente. En su caso, no obstante, el tamaño responde en parte a la necesidad de deshacerse de un exceso de capital al que no le encuentra un destino mejor. La búsqueda incesante en el mercado y la falta de oportunidad le llevó a decidir que la mejor forma de invertir este dinero era en sus accionistas, convirtiéndose en un gran comprador de acciones propias atrayendo a inversores que buscan ir a rebufo de estas operaciones tácticas. 

Ana Botín se apresuró a pisarle los talones a BBVA, aunque el volumen comprometido ha sido menor al no disponer de tanto margen en capital. En un principio anunció la adquisición de 841 millones de euros, que fulminó en poco más de un mes al retirar millones de títulos en cada sesión bursátil. Tras constatar un buen desempeño en la última parte de 2021, Banco Santander ha decidido poner en marcha una nueva recompra de acciones, ahora por un importe máximo de 865 millones de euros, sumando entre las dos 1.706 millones de euros. 

Para la entidad con sede en Boadilla del Monte es la primera vez en su historia que reduce el número de acciones en circulación, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que apuntan a que año tras año ha ido aumentando su capital social de forma imparable. Antes había utilizado otras fórmulas de reparto alternativas al efectivo para remunerar a sus accionistas, como el 'scrip dividend'. Este giro estratégico podrá acompañar por tiempo a los inversores, pues el consejo de administración tiene previsto pedir poder a la junta para reducir el capital social en circulación del grupo hasta un 10% en el marco de posibles nuevos programas de recompra de acciones en el futuro.

Esta es una de las vías para recompensar a accionistas que hasta ahora no había sido prácticamente utilizada entre las entidades españolas y que consiste en alzarse como el motor en el mercado de sus propias acciones mediante la adquisición de paquetes de títulos que posteriormente se 'destruyen' con el objetivo de elevar el precio de las que se quedan en circulación. También permite mejorar otras métricas irresistibles para cualquier jugador en el mercado como el beneficio por acción (BPA). Para el sector bancario, uno de los pesos más pesados del principal selectivo Ibex 35, supone una gran oportunidad tras años de debacle en Bolsa. 

La salida masiva de inversores en la base accionarial de las entidades ha quedado plasmada durante años. Solo el año pasado perdieron más de 213.000 accionistas frustrados por las caídas de los valores. En los últimos tres años unos 292.000 accionistas decidieron quitar sus posiciones entre los principales bancos. Esta marcha decadente se debe a varios factores, pero entre ellos destaca la falta de rentabilidad. La situación ha ido empeorando a medida que los tipos de interés permanecían anclados en mínimos históricos y la vuelta a la normalidad quedaba muy lejos para todo el consenso de analistas. 

Precisamente estas últimas semanas empezaba por fin a verse luz al final del túnel. El mercado empezaba a descontar que el truculento escenario de tipos en mínimos históricos llegaba a su fin. No obstante, el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania ha supuesto una vuelta en las perspectivas, pues podría ralentizarse al cambiar de nuevo la situación macroeconómica en Europa. En cualquier caso, los equipos de los bancos todavía trabajan con un presupuesto conservador, si bien cualquier movimientos al alza en el precio del dinero suponen un revulsivo para el margen de intereses y, por ende, para su rentabilidad.  

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