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Entrevista

González-Bueno: "Una parte importante de los clientes nos dice que se iría si sale la fusión con BBVA"

César González-Bueno, consejero delegado de Banco Sabadell
Maximo Garcia de la Paz

La opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell mantiene en vilo al mercado financiero, a las empresas, a los sindicatos y a buena parte del conjunto de la sociedad. La polémica generada ha polarizado el debate en torno a la dicotomía de crear bancos más grandes para competir en la primera liga bancaria mundial o evitar a toda costa un aumento de la concentración bancaria, con los consumidores en el epicentro del debate. "Empezamos a ver en las encuestas que una parte importante de los clientes se iría en caso de fusión. No quiere tener tantos huevos en una misma cesta", admite el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno. 

En una entrevista con La Información, el banquero achaca esta reacción social negativa a la cuota de clientes en pymes que registran, figurando como líder en este sentido. "El movimiento no fue entendido por nadie… Gobierno, asociaciones empresariales, comunidades autónomas… Todos se han posicionado en contra porque va mucho más allá del cierre de sucursales", específica. González-Bueno advierte de que la potencial unión puede tener impacto en el crédito, en el tejido productivo y en el conjunto de la actividad. Al margen del "altavoz" que supuso las elecciones catalanas del 12 de mayo en la opa, apela a lo que el asesor de voto 'Glass Lewis' denominó en su informe como el "embrollo regulatorio".

"Si algo le sobra al Banco Sabadell es capital"

"El punto más polémico es la competencia (...). Sería deseable que en caso de que saliera adelante los 'remedies' nunca fueran a perjudicar a BBVA, sino que hubiera alternativa que permitiera a las pymes seguir disponiendo de opciones. La situación sería muy diferente si aún existiese Banco Popular", enfatiza para añadir que la creación de una alternativa para resolver este problema reduciría el valor de Sabadell, algo que "no interesa a BBVA". Reconoce que el segmento de las pequeñas y medianas empresas es "complicado" porque se tarda mucho en entenderlo y aprender sus necesidades. "Una de sus angustias es quedarse sin apoyo financiero, porque con ese tamaño mueres", comenta. 

Descartada la estrategia de adquirir un competidor para interrumpir la opa, como podría ser Unicaja, que "tiene su proyecto en solitario", González-Bueno evita pronunciarse sobre el juicio que afronta BBVA por el 'Caso Villarejo', al considerar que corresponde al Banco Central Europeo (BCE) determinar la idoneidad de la opa en estas circunstancias. En su lugar, pone el foco en la incertidumbre existente en si la operación se llevará a cabo con o sin fusión, que cambiaría la oferta. "Cuando se habla de crear valor, se dice que es por las sinergias de costes. En este tipo de procesos, salvo que estén muy bien hechas, hay pocas sinergias de ingresos, siendo mayores en el lado de los gastos. Por eso consideramos que si no hay integración ni siquiera tendrán el ahorro de costes", expone. 

A su juicio, este es uno de los mayores riesgos a considerar por los accionistas de cara a la maximización del valor ante los escenarios que pudieran darse, ya que en función de todas las autorizaciones (BCE, CNMV, CNMC), los accionistas pueden acudir al periodo de aceptación sin saber si finalmente habrá absorción. "Hay muchas incógnitas que aclarar aún". Entre los reclamos a BBVA está la de precisar el impacto por pérdidas de negocio esperadas, especialmente en la citada área de las pymes. 

Cada vez que presentamos resultados nuestros argumentos ganan fuerza, pero todavía hay partido"

Desde un primer momento uno de los argumentos esgrimidos es que disponen de capacidad para operar en solitario. "Si algo le sobra al Banco Sabadell es capital", apunta. En la conversación data un acercamiento incipiente entre el presidente no ejecutivo del banco catalán, Josep Oliu, y el presidente de BBVA, Carlos Torres, a mediados de abril en el que se acuerda sentarse a negociar después de la presentación de resultados del banco azul, cuya celebración tuvo lugar el pasado 29 de abril. Sin embargo, la filtración a los medios de comunicación forzó a improvisar, desembocando en la opa hostil en la que están inmersos. 

"Cuando se plantean las condiciones el banco estaba experimentado una subida en bolsa vertical. Hay un tecnicismo en el sector que se denomina 'undisturbed' y significa que cuando se presenta la propuesta en firme el precio queda fijado (...). Creemos que pudo hacerse tan acelerado por la vocación de concretar los términos y que la acción no siguiese en ascenso", explica, para detallar que "no esperaban" que el choque hostil se lanzase en un periodo de tiempo tan corto, apenas tres días después de que el consejo de administración rechazase las condiciones de un canje de acciones por cada 4,83, valorando la entidad en alrededor de 12.000 millones.

La ofensiva fue comunicada al mercado el pasado 9 de mayo, anuncio que Torres aprovechó para adelantar que algunos accionistas institucionales de Banco Sabadell le habían trasladado su respaldo a la iniciativa. Esto le valió una denuncia por parte de los de Sant Cugat del Vallès ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que finalmente ha quedado en "proceso muerto". "Sabíamos que no era cierto porque es imposible conocerlo con tanta antelación y sería una irresponsabilidad que alguien se comprometiera de antemano. Nos pareció que era una afirmación que podía inducir a confusión al mercado y por ello pedimos una aclaración que, por cierto, nunca hemos recibido", matiza. 

Sobre los fondos de inversión, que son mayoría dentro del capital del Sabadell y, por tanto, tendrán un papel clave en la operación, González-Bueno incide en que ahora mismo están solicitando información y analizando el proceso, aunque "todavía no han tomado la decisión" acerca de qué les interesa más: ser accionistas de Banco Sabadell o controlar un hipotético 16% en BBVA. Entre ellos se encuentra el mexicano David Martínez, que controla el 3,1% a través de Fintech Europe y figura entre los accionistas de referencia. "Martínez busca maximizar la inversión, por lo que querrá que el banco vaya como un tiro tanto si opera en solitario como si hay opa. Está entusiasmado con los resultados del banco", agrega. González-Bueno remarca que "a los institucionales les gustan las fusiones ‘'a priori', pero cuando tienen poco riesgo de ejecución". 

"Conceptualmente les encanta el ahorro de costes que van unidos a despidos, pero los plazos son muy largos y nosotros vamos publicando resultados entre tanto. Acabamos de dar a conocer los del primer semestre de 2024, que han sido récord, previsiblemente presentaremos tercer y cuarto trimestre. Vete a saber si publicamos los del primer cuarto de 2025", subraya. En su opinión, el 'rally' que vive Banco Sabadell ha sido determinante a la hora de posicionarse sobre la opa, con un alza en el año de casi el 80%, que les lleva a rozar los dos euros por acción a cierre de mercado de este jueves, "generando algunas dudas, ya que antes del acelerón había más espacio para ser más generosos con la prima, que no es que no lo sea, pero habría sido más fácil mejorar la oferta". Ayer era del 4,29% una de las más bajas registradas desde que trascendiera al mercado. 

Considera que BBVA anticipó que esa "prima abundante iba a tener buena acogida dentro del grupo con sede en Alicante y entre los actores sociales, pero no ha sido así". Por este motivo se muestra crítico con las cifras puestas encima de la mesa y da varias razones. "El valor resultante de la suma de ambos bancos ha disminuido. Eso es un hecho, mientras en el resto de bancos ha subido. Esto cuestiona cuánto de desfavorable es el mercado a la operación", subraya. González-Bueno defiende que si hubiera la más mínima probabilidad, BBVA y Sabadell habrían repuntado por encima del resto. "Basta con mirar el gráfico en bolsa. Nosotros estamos más correlacionados con los bancos nacionales y BBVA con los mexicanos, país del que depende más del 50% de su beneficio", sentencia.

En medio de las limitaciones que plantea una opa a cuenta del deber de pasividad que se les impone, su estrategia se centra en "poner en valor el proyecto". Por ahora se muestra tranquilo. "Habrá que ver cómo evolucionan todas las autorizaciones y si finalmente pasa a fase 3", apostilla. En este caso la única manera de que la resolución de la CNMC llegara antes de que los accionistas voten pasa por retrasar el periodo de aceptación. "Cada vez que presentamos resultados nuestros argumentos ganan fuerza, pero todavía hay partido. Quedan cosas por hacer y por demostrar", concreta. 

Redactora Banca y Seguros

Graduada en Periodismo y Economía. Decidí hacer este doble grado para poder combinar mis dos pasiones: la información económica. En noviembre de 2021 aterricé en la mesa de 'La Información' donde me he curtido cubriendo una guerra a las puertas de Europa, una inflación inédita en décadas y la subida de los tipos de interés. Tras mi paso por la sección de Mercatia, ahora escribo de banca y seguros.

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