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Plan de contingencia

Las sanciones a Rusia ponen en guardia a Enusa por la dependencia del uranio

Central nuclear foto Mutuactivos
L.I.

El castigo de Europa a Rusia no frena y los paquetes de sanciones abarcan cada vez más sectores. El de la energía es complejo de abordar por la enorme dependencia de los países miembro con el gobierno de Vladimir Putin. Es el caso del uranio, que todavía no ha entrado en la agenda política pero que tiene una gran importancia, habida cuenta que es fundamental para alimentar a las centrales nucleares. Enusa, la empresa participada por la SEPI y por el Ministerio de Ciencia a través del CIEMAT, ha activado ya un plan de contingencia ante la posibilidad de que la cantidad de uranio ruso a la Unión Europea se reduzca significativamente.

Desde Enusa explican que Rusia es un actor más dentro de los países suministradores de uranio y que han activado posibles alternativas por si hubiese que empezar a importar este metal desde otros países, aunque no aportan nombres y se limitan a comentar que mantienen "contactos". Las cifras que revelan el peso del antiguo imperio soviético sobre España la da el Foro de Energía Nuclear en uno de sus últimos informes -citando a la propia Enusa-, en los que cifra la cuota de Rusia en un 38,7% en 2020, siendo así el primer país del ranking, por encima de otros dos grandes suministradores como Canadá (22,3%) o Níger (19,5%).

El vínculo entre Enusa y Rusia se canaliza a través de la empresa Tenex, subsidaria del gigante Rosatom (Rosatom State Atomiс Energy Corporation), con quien mantiene relaciones comerciales desde 1975. La compañía extranjera, cuyo titular es el gobierno ruso, suministra uranio enriquecido que se utiliza posteriormente en la fabricación de combustible destinado a las centrales nucleares españolas. 

El último acuerdo entre ambas se renovó por siete años en diciembre de 2020. En anteriores ocasiones, se ha dado muestra de la sintonía entre las dos empresas públicas, con la visita de la delegación del fabricante ruso  encabezada por su presidenta a la sede central de Enusa y a su fábrica de Juzbado (Salamanca). Para la compañía española la visita era “muy importante” porque se enmarcaba en la nueva estrategia "de internacionalización de la empresa y de consolidación en los mercados internacionales".

Lo cierto es que Enusa ya ha tomado nota en anteriores ocasiones de la importancia de Rusia en el tablero global como gran suministrador de uranio. En su última memoria anual, la empresa pública alertó de que las medidas que había emprendido Estados Unidos arrojaba "incertidumbre" sobre el mercado. Enusa se refería con estas palabras al Russian Suspension Agreement, que expiró el 31 de diciembre de 2020 y que fue renovado por la administración Trump en las semanas anteriores. Este plan imponía nuevas limitaciones a las ventas de Rusia en el país. 

La invasión de Rusia a Ucrania ha acentuado esa incertidumbre, que se ha traducido en un encarecimiento de los precios. Citando un informe de la consultora de combustible nuclear UxC, distintos medios extranjeros señalan recientemente que el coste del uranio se habría incrementado en un 40% desde la invasión rusa de Ucrania. Este repunte, añaden, supone el nivel más alto en la última década.

Sanciones y reservas estratégicas

Con todo, de momento el uranio está fuera de la lista de sanciones de la Comisión Europea sobre Rusia. No obstante, el Europarlamento sí ha hecho un llamamiento y ha señalado que la Comisión debe dejar de de colaborar con Rusia en el ámbito nuclear, en particular la cooperación con Rosatom y sus filiales. La petición del legislativo habla explícitamente de revocar "las licencias de explotación" de la empresa rusa.

Estados Unidos, por su parte, sí ha amagado con sancionar a la propietaria de Tenex. Según Bloomberg, no se ha tomado una decisión definitiva y la Casa Blanca está consultando con la industria de la energía nuclear sobre cuál sería las posibles consecuencias. Hasta el momento, el uranio tampoco se ha incluido en la lista de sanciones de la Administración Biden, a diferencia de lo que ha sucedido con el petróleo, el carbón y otros productos energéticos. 

La buena noticia, inciden las fuentes consultadas, es que existen reservas estratégicas para cubrir las necesidades. Así se contempla en la última edición del Libro Rojo, donde se muestra que existe suficiente uranio para el funcionamiento del parque nuclear mundial durante los próximos 120 años. No obstante, el trabajo anual que presenta una recopilación estadística con datos de 45 países productores y consumidores de este metal reconoce que el impacto de la pandemia en la industria y las recientes reducciones en la producción "podrían afectar a los suministros disponibles".

Redactor de Empresas

Graduado en Periodismo y especializado en economía. Empecé mi etapa laboral en la delegación de TVE en la Comunidad Valenciana y en otros medios locales y regionales. Más tarde, me incorporé a Economía Digital, donde estuve más de cuatro años, primero en Barcelona y más tarde en Madrid. Entré a formar parte de La Información en mayo de 2021

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