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Brufau gana 2,78 millones

Repsol reserva 50 millones para bonus pese a perder más de 7.100 en dos años

Antonio Brufau, presidente de Repsol
EUROPA PRESS

La crisis por la pandemia y la caída del consumo y del precio del petróleo no han desviado el interés de Repsol por recompensar la lealtad de su alta dirección y los puestos de relevancia. Tanto es así que la empresa mantenía a finales del año pasado un fondo de 50 millones de euros para pagar bonus a sus altos cargos y personal de especial responsabilidad dentro de su programa de incentivos a largo plazo, de forma que, en el primer cuatrimestre de 2021, se pagará la retribución variable correspondiente al plan 2017-2020 como 'premio' por la "sostenibilidad de sus resultados a medio plazo" y el cumplimiento del plan estratégico, a pesar de que en los dos últimos ejercicios la petrolera ha cosechado 7.100 millones de pérdidas. 

De acuerdo con los datos del informe financiero presentado por la compañía, en los últimos cinco años (2016-2020), desde que Antonio Brufau es presidente no ejecutivo, se han provisionado 99 millones de euros para el pago de este tipo de incentivos a largo plazo, que se añaden a lo que los directivos de la empresa tienen de por sí como salario fijo y retribución variable. Solo en los dos últimos ejercicios, con unos resultados en números rojos, se han añadido a dicho fondo 29 millones de euros, en el mismo periodo de tiempo en el que el precio de la acción ha caído cerca de un 37%.

Al cierre de 2020, la empresa aún tiene vigentes los programas 2018-2021, 2019-2022 y 2020-2023, que se irán pagando, a medida que se cumplan las fechas estipuladas, a quienes permanezcan en la empresa. Hasta este año, este tipo de planes "independientes entre sí", no implicaban la entrega de acciones u opciones, salvo en lo referente al CEO de la  compañía, Josu Jon Imaz, sino que se habían venido limitando a la retribución de un incentivo en metálico. A partir del año en curso, la estrategia dará un giro: en el plan 2020-2023, los beneficiarios van a recibir su 'premio' anual tanto en un pago variable como en títulos de la compañía, al igual que su consejero delegado. 

El CEO, el presidente y el consejo

La parte variable a largo plazo del sueldo anual del consejero delegado también sale de ese depósito de 50 millones que se acumulaba a finales del año pasado.  En el último programa (2017-2020) el sistema mixto con el que la empresa recompensó a su CEO implicó el abono del 70% del total a percibir en metálico y el otro 30% en acciones. Así, al cierre de 2020, Repsol ingresó a Josu Jon Imaz 865.170 euros y le otorgó 19.337 títulos de la sociedad equivalentes a 163.574 euros. 

En el caso de Imaz, a ese variable a largo plazo se le añaden 1,2 millones de sueldo fijo anual y otros 784.000 euros más de retribución variable normal, estimada en base a un sistema de valoración en el cumplimiento de los objetivos marcados cada año, que se estima que logró en un 65,3%. Como recompensa por sus funciones de consejero, recibe además otros 353.000 euros. De todo ello resulta una remuneración anual de 3,365 millones de euros, a la que aún hay que añadir 254.000 euros de aportación de la empresa a sus planes de ahorro a largo plazo y otros 31.000 de pago en especie en forma de seguros. 

El coste total del CEO para la compañía está incluido también en la cuenta que refleja el coste de los nueve miembros que pasaron el año pasado por el comité de dirección de la empresa, que supera los 12,5 millones de euros, incluidos salarios fijos, variables, seguros y pagos en especie. Se trata de técnicos y expertos que no tienen por qué tener la condiciones de consejero, pero que se encuentran en lo que la compañía entiende por "personal directivo".

La retribución de Josu Jon Imaz en la petrolera sólo es comparable con la del presidente de la compañía, Antonio Brufau, que desde su renovación en el año 2015 estableció un salario fijo inamovible anual de 2,5 millones de euros, a los que se añaden pagos en especie valorados en 286.000 euros más, según las cuentas auditadas de la compañía, que son el coste de la vivienda que le aportan, seguros, gastos fiscales y otros gastos de representación que conlleva su cargo. 

Junto a los ingresos del CEO y del presidente, las cuentas anuales de Repsol revelan los pagos a los 15 miembros de su consejo de administración, que reciben un fijo de casi 177.000 euros al año solo por acudir a las once reuniones anuales que conlleva el cargo, más otros incentivos por pertenecer a alguna de las comisiones, de lo que salen unas retribuciones de entre 243.000 y 354.000 euros anuales, según los casos. 

En total, el coste de la alta dirección de la compañía se colocó el año pasado en algo más de 10,3 millones de euros, de los que más de la mitad se corresponden con los ingresos de Brufau e Imaz. Se trata de una cantidad que está lejos de los más de 29 millones de euros que supuso ese mismo epígrafe el año anterior (2019), si bien en aquel momento se incluían los más de 19 millones que cobró como indemnización, seguros y demás pagos a modo de 'finiquito' el secretario general y del consejo de administración Luis Suárez de Lezo, que aún está en la empresa como consejero. Si se le descuenta esa indemnización millonaria, el coste del consejo y los dos dirigentes de la petrolera crece de forma más moderada.

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