Empresas

Incremento de los tipos

Sube la presión financiera: el Banco de España vaticina apuros en las empresas

Hernández de Cos
CONTACTO vía Europa Press

El Banco de España enciende las alarmas. La normalización monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que llevará aparejada varias subidas de los tipos de interés, asfixiará a las empresas en el corto plazo. La presión financiera experimentará un incremento mínimo de 2,8 puntos porcentuales hasta 2024, según la simulación realizada por los equipos de la autoridad teniendo en cuenta el nuevo escenario base. Fráncfort ya ha adelantado que subirá los tipos el próximo mes de julio y aplicará, al menos, otro incremento adicional en septiembre, momento en el que valorará las circunstancias para decidir si es superior a los 25 puntos básicos.

Se da la circunstancia de que en la financiación bancaria empresarial predominan los préstamos con vencimiento a corto plazo o a tipo variable, por lo que la traslación de variaciones en los tipos de interés será rápida. Por ello, se estima que el peso de los gastos financieros de las empresas sobre el excedente bruto de explotación aumentará como mínimo en 1,8 puntos porcentuales extras al punto que ya se preveía el pasado mes de marzo. Sufrirán un ahogamiento total de 2,8 puntos porcentuales que empezará a notarse el próximo año y tocará el pronóstico al cierre de 2024.

Pero el escenario podría ser peor. Este porcentaje es solo un ‘suelo’ del golpe que puede sufrir el tejido productivo a medida que suben los tipos de interés. Cabe esperar una nueva reducción de las rentas empresariales tras la pandemia, ahora espoleada por el impacto de una inflación desbocada. Por ello, el aumento del peso del gasto financiero será mayor si la institución que gobierna Christine Lagarde tiene que actuar con más contundencia y realiza subidas de tipos adicionales con el fin de hacer de ‘cortafuegos’ sobre los precios desorbitados de la eurozona.

El escenario podría ser peor si se producen más subidas de los tipos de las esperadas, llegando a elevar la presión financiera hasta el 4,5% por cada 100 puntos básicos 

El supervisor ha puesto a sus técnicos a trabajar con el fin de monitorizar un escenario alternativo al central. La conclusión a la que han llegado es que por cada 100 puntos básicos de subidas adicionales de los tipos de interés a corto y largo plazo por encima de los niveles incorporados actualmente en las expectativas del mercado, se podrían esperar 1,7 puntos porcentuales más de presión financiera, lo que provocaría un gasto de interés total de hasta el 4,5% para el tejido empresarial.

Los desorbitados precios de la energía también suponen un problema. Se producirán efectos medios moderados sobre el grado de vulnerabilidad financiera de las empresas, aunque con una notable heterogeneidad sectorial. Así, mientras que el impacto en el conjunto de las empresas es de algo más de 2 puntos porcentuales, en las tres ramas más afectadas, como el comercio y la reparación de vehículos de motor, el transporte terrestre, la pesca o la agricultura, superaría los 5 puntos porcentuales. La metalurgia, la edición, el cine, la televisión y la radio tampoco se librarán, puesto que antes de la perturbación ya se encontraban cerca de los umbrales que determinan una situación de vulnerabilidad.

El mayor impacto de la guerra se deriva del hecho de que Rusia y Ucrania son grandes productores de materias primas, especialmente energéticas y metálicas el primero, y agrícolas el segundo. Dado que Europa es un importador neto de energía y depende del gas y del petróleo ruso, el aumento de los precios de la energía no solo genera tensiones inflacionistas, sino que también reduce la renta doméstica, al elevar la factura energética exterior. A ello se le ha de sumar el proceso de normalización de la política monetaria, necesario para moderar esta espiral inflacionaria, lo cual está empezando ya a suponer un endurecimiento de las condiciones de financiación de la economía.

Y la presión que podrán llegar a sufrir las empresas da lugar a potenciales impagos, sobre todo en aquellos segmentos en que la recuperación tras la pandemia estaba siendo más lenta o tardía. De hecho, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ya ha confirmado que existen deterioros latentes en algunas carteras de crédito vinculadas al segmento corporativo. Esto ha llevado a la banca a incrementar en más de dos dígitos los préstamos en vigilancia especial, que son aquellos que están a un escalón de ser clasificados como morosos. Hasta las refinanciaciones también han venido creciendo, las cuales suelen estar asociadas a posibles problemas de repago por parte de los acreditados y, por ello, más de la mitad de su volumen tienen etiqueta de dudoso.

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