Inmobiliaria

Siguieron la estela de Mohamed VI

El fracaso olvidado en Marruecos: el sueño roto de las promotoras españolas

Fin del sueño marroquí: la esperanza de las inmobiliarias españolas se apaga.
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Marruecos, un país con 3.400 kilómetros de costa, sedujo a las empresas inmobiliarias españolas desde el inicio de la década pasada. Compañías como Fadesa se embarcaron en auténticas aventuras para erigir nuevas ciudades cuya actividad girara en torno al turismo y la vida comercial, pero hoy ya queda poco de ese entusiasmo. La mayor parte de los agentes del sector que se desplazaron al país africano para explotar sus playas vírgenes y puertos han plegado sus velas al no encontrar los frutos esperados y sentirse olvidados por  las autoridades locales que les abrieron las puertas cuando la economía iba viento en popa. 

La tragedia más significativa la vivió Fadesa, que se planteó construir 'Mediterrania Saïdia', una especie de Marina D'or en Marruecos, durante 2006. La meta de la iniciativa era convertir al país en uno de los destinos más atractivos del globo terráqueo. El desarrollo consistía en levantar cerca de seis hoteles, 3.000 viviendas, tres campos de golf, un puerto deportivo con 800 amarres y una gran zona comercial y de ocio con todos los servicios que un visitante pudiera necesitar. 

Su brillo en la región se fue apagando poco a poco a través de movimientos como el de Barceló, que adquirió la cartera operativa - los ocho hoteles cuatro estrellas- del proyecto. Además, el grupo hotelero se hizo con la participación de Martinsa-Fadesa en las sociedades propietarias de los hoteles, que era del 83,5%. Las dificultades en el terreno y el anuncio de la quiebra de Martin Fadesa terminaron de derrumbar su sueño africano. La empresa se vio obligada a vender la mayor parte de su filiar marroquí y frenar su expansión en la zona.

Esta no es la única compañía que trató de erigir un imperio en Marruecos y falló. Renta Corporación también se vio atraída por los megaproyectos impulsados desde el Gobierno extranjero. En este caso se trataba la promoción de un 'resort' turístico en las cercanías de Tánger con más de doscientas hectáreas que suponía una inversión de 300 millones de euros. Pero, en este caso, la empresa no quizo asumir todo el riesgo y canalizó las obras a través de una nueva filial creada desde su fundación, África Mixta.

Con esto blindó su cuenta de resultados en la península ibérica de cualquier impacto negativo. Fuentes cercanas a la empresa comentan que los desarrollos en Marruecos no dieron los resultados deseados y la coyuntura de aquel país no fomenta el crecimiento de su actividad. En este contexto, Renta Corporación vendió poco a poco su filial hasta desprenderse de ella. Ya no queda rastro de la entidad en su estructura.

La inmobiliaria Urbas es otra promotora española que se encandiló con el potencial de Marruecos y decidió probar suerte. Esta empresa se decantó por los proyectos de vivienda y anunció en 2006 la creación de una filial para construir 1.6000 casas, de las que un 30% serían de carácter social. En su momento, los directivos tenían la intención permanecer en el país africano "a largo plazo", pero la empresa ya no cuenta con ningún desarrollo en el terreno. De hecho, la actividad de Urbas en el extranjero se limita a Dubai, donde la promotora construye dos torres de oficinas comerciales, y Cuba, donde levanta un resort. 

Sin embargo, no todo es gris en esta historia. Algunas zonas del país africano como Tánger siguen atrayendo la atención e inversión de inmobiliarias españolas. Este es el caso de Hercesa, que tiene en propiedad un edificio que se extiende sobre una superficie de 12.000 metros cuadrados. El inmueble se encuentra a 100 metros de la principal playa de la ciudad, el puerto y la zona franca. Fuentes cercanas a la empresa cuentan a este medio que el plan es reformar el activo para su uso hotelero durante los próximos años ante el aumento de visitantes a la zona. 

Parece que no todo está perdido para la aventura española en Marruecos, pero lo cierto es que las promotoras, después de dos grandes crisis económicas, ya no hacen fila para participar de los desarrollos en la zona. Los expertos del sector aseguran que la cautela es lo que prima ahora en el mercado, y no se espera un nuevo traslado masivo de empresas españolas al reino de Mohamed VI. 

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