Mercados y Bolsa

Impacto bursátil

La banca no se repone del 'crash-Putin' con un golpe de casi 21.000 millones

Vladimir Putin, presidente de Rusia
EFE

Los bancos siguen anclados en el pesimismo de la guerra. Las cotizaciones bursátiles de las principales entidades españolas no consiguen reponerse tras 75 días desde el estallido de la invasión rusa sobre Ucrania y acumulan un derrumbe de 20.714 millones de euros desde el pasado 23 de febrero. Ni siquiera las expectativas de mercado que anticipan un incremento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) este mismo verano están permitiendo ser un revulsivo que compense el descalabro provocado por la decisión de Vladímir Putin de iniciar un conflicto armado. 

Banco Santander es el peor parado de estos primeros dos meses y medio bélicos en términos absolutos y relativos. La guerra de Putin le ha provocado un agujero en su capitalización de 10.855 millones de euros -según el precio de cierre de las acciones del lunes 9 de mayo-, lo que supone una caída acumulada del 19,33%. Este golpe lo registra a pesar de haber limitado a 80 millones su exposición directa a Rusia y Ucrania. La segunda entidad más damnificada ha sido BBVA, con un desplome de su valor en Bolsa que ha alcanzado los 7.134 millones, un 18,92% menos que antes del conflicto.

La entidad que capitanea Carlos Torres se ha blindado frente al conflicto con una provisión por importe de 200 millones de euros, sobre todo por sus efectos indirectos, ya que su exposición directa es de tan solo unos 50 millones de euros. Del total de las dotaciones realizadas, unos 97 millones de euros, casi la mitad, servirán de escudo para España, donde la inflación ya se encuentra en niveles récord. CaixaBank ocupa el tercer puesto del ranking después de que se hayan esfumado 1.297 millones de euros de su valoración, un 5,21%. El grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri es el que ha confesado un riesgo mayor. 

Todas las entidades acumulan pérdidas, aunque Bankinter es la que se sitúa más cerca de recuperar el nivel previo al estallido de la guerra

La entidad que acaba de absorber Bankia ha reconocido una exposición a la guerra en balance y fuera de balance y cubriendo la totalidad de la cartera crediticia de 185 millones de euros. En su caso, ha decidido constituir provisiones de 214 millones para reflejar el golpe estimado derivado del cambio de escenario macro. Banco Sabadell ha perdido 877 millones (-18,66%) y, Unicaja -que no forma parte del Ibex 35 pero es relevante por su presencia en el mercado tras la adquisición de Liberbank-, unos 323 millones de euros (-12,67%). Bankinter es la que menos capitalización ha borrado, de unos 224 millones de euros. Aunque aún está en negativo, se sitúa a un 4,6% de recuperar el nivel previo a la guerra. 

Es previsible que las entidades financieras sean las primeras que se beneficien de un proceso de subida de tipos debido al efecto directo que tendrá sobre sus márgenes de intereses. De hecho, el Euríbor ya está descontando estos movimientos al alza y ha entrado en terreno positivo por primera vez desde 2016, lo que provocará la repreciación de una parte de la cartera hipotecaria en próximos trimestres. Los propios CEOs de los bancos ya empiezan a tener en cuenta el encarecimiento de los préstamos como estímulo sobre sus cuentas en el futuro más cercano. Pero los inversores todavía mantienen la prudencia. 

Tampoco está sirviendo como elemento tractor la mejor situación de rentabilidad y solvencia de la banca o el despliegue de grandes programas de recompras de acciones -un instrumento novedoso en el sector español para remunerar a accionistas-, así como la vuelta a un dividendo normalizado tras las restricciones impuestas desde Fráncfort en 2020 para mantener el flujo de crédito a las empresas y las familias en el momento en que estalló la crisis del coronavirus.

A pesar de que existen elementos positivos como para esperar un despertar bursátil de la banca, hay otra serie de factores que juegan en su contra. El analista de iBroker Antonio Castelo ha explicado a La Información que el proceso inflacionista, tan fuerte como el que actualmente se está sufriendo, podría terminar perjudicando a la actividad económica y al crecimiento global, algo que no beneficiaría a los bancos. Algunas entidades, como Banco Santander, ya reportaron un incremento de los costes durante el primer trimestre de 2022 debido al IPC desbocado. 

Y un bloqueo de la recuperación económica podría despertar la morosidad, ese 'monstruo' que por el momento permanece escondido. Si los clientes empiezan a tener problemas para atender sus cuotas mensuales, tanto de los préstamos tradicionales como de los más de 100.000 millones de euros inyectados con escudo estatal, las entidades financieras podrían sufrir un ola de impagos. Castelo también señala que un aumento de la prima de riesgo perjudicaría especialmente a los bancos españoles y, aunque su exposición a las sanciones de Rusia no es relevante, las posibles tensiones de liquidez a nivel europeo podrían contagiarse. 

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