Mercados y Bolsa

La industria, en guardia

Falta de componentes y alza de materias primas ponen trabas a la recuperación

Falta de componentes y alza de materias primas ponen trabas a la recuperación
Pixabay

El levantamiento de las restricciones y la reapertura de las economías a golpe de vacunación ha llevado a la industria mundial ante otra encrucijada. El fuerte incremento de la demanda tras meses de parálisis en la actividad ha generado una escasez de componentes esenciales para la industria. Esto, sumado al aumento de precios de las materias primas está tensionando las cadenas de producción de todo el mundo y obligando, incluso, a algunas compañías a elevar los precios. El problema está en que ese encarecimiento del coste final de los productos, que es necesario en algunos casos para que las empresas puedan defender sus márgenes, podría lastrar aún más recuperación del consumo. No es como volver a la casilla de salida... pero sí sería un retroceso importante. 

Se ha hablado mucho estos meses de la escasez de semiconductores, pero el problema va mucho más allá y uno de los últimos en dar la voz de alarma ha sido el Instituto de Investigación Económica alemán, el Ifo. "No hemos visto un cuello de botella como este desde 1991", explica Felix Leiss, experto en encuestas de la institución. La falta de materiales ya se tradujo en un frenazo en la actividad de la construcción alemana en abril. El mes pasado el 23,9 por ciento de las empresas dedicadas a la edificación de inmuebles reconocían que tenían problemas para adquirir materiales de construcción a tiempo -un mes antes, en marzo, eran apenas un 5,6%-. 

El problema no es solo que falten componentes, es que el coste de los materiales también se está incrementando por las dificultades de suministro en varios mercados. Está sucediendo con el acero para la construcción, pero también con la madera y con los materiales sintéticos como el aislamiento y las láminas. En pleno confinamiento, las perspectivas dibujaban un repunte de la demanda en 'V' que ha sido más vertical y rápido de lo que las propias empresas podían estimar entonces. Y es, además, un problema que no entiende de geografías.

En Estados Unidos, los últimos datos de ventas minoristas, construcción de nuevas viviendas y los indicadores de confianza como el de la Fed de Filadelfia se han situado por debajo de las expectativas. Los analistas de Edmond de Rothschild lo atribuyen, en buena medida, a la "preocupación por el aumento de los precios de las materias primas" y a los "problemas de la cadena de suministro de algunos componentes". En plena efervescencia de la inversión en tecnologías limpias y cuando Europa se prepara para la llegada de los primeros fondos Next Generation -enfocados también en la transición energética- los problemas para estos sectores no habrían hecho más que empezar.  

"La subida de precios de los metales podría retrasar la transición energética"

Un ejemplo son materiales como el cobre, el litio, el grafito, el aluminio, el níquel y el cobalto, que se usan en la fabricación de coches eléctricos y baterías. Su precio se ha disparado y la demanda seguirá siendo con toda probabilidad elevada a largo plazo. Catherine Doyle, estratega de inversión de BNY Mellon advierte de que esta situación, unida a la demanda de consumo acumulada y a la mayor actividad empresarial que llegará a medida que las economías levanten las restricciones para atajar la pandemia, "podría impulsar fuertemente al alza las materias primas en general".

La escasez de materias primas es alarmante no solo porque paralice algunas industrias, además, las 'commodities' desempeñan un papel clave en la transición energética al producir los mismos metales y minerales que la sociedad necesita para que dicha transición tenga lugar. Como el pez que se muerde la cola "la subida de los precios de los metales podría retrasar la transición energética, al hacer inasequibles las materias primas básicas, si no se realizan grandes inversiones en nuevas minas que aumenten el suministro", asegura Tommy Träsk, analista de Scope Ratings

Hace apenas unas semanas, Siemens Gamesa, el fabricante de turbinas eólicas controlado por la alemana Siemens Energy, lanzaba un 'profit warning' o señal de advertencia de que este año podría ganar menos de lo que había proyectado inicialmente en enero. La compañía achacaba de manera general el peor escenario a los aplazamientos en proyectos, las demoras en la ejecución y al incremento del coste de las materias primas.

Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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