Mercados y Bolsa

Acuerdo bipartidista

Multinacionales y gasolina evitan el alza fiscal del plan Biden de infraestructuras

El Congreso de EEUU ratifica a Joe Biden como presidente de EEUU
EFE

No habrá -salvo giro inesperado en el último minuto- una subida de impuestos a las multinacionales para financiar parte del nuevo megaplan de infraestructuras en Estados Unidos. Demócratas y republicanos se han puesto de acuerdo en las líneas generales del nuevo paquete de estímulos que pese a su tamaño considerable, 1,2 billones de dólares a ejecutar en los próximos ocho años, se queda algo descafeinado en relación a los 2,3 billones que el propio Joe Biden comprometió el pasado 31 de marzo en Pittsburgh (Pensilvania).

El presidente anunció que una parte del aumento del gasto, que en realidad supone la mayor inyección en términos de infraestructuras terrestres para Estados Unidos en décadas, se financiaría a través de un incremento en el impuesto sobre Sociedades al 28% desde el actual 21% (donde Donald Trump lo rebajó durante su mandato desde el 35% en que se situaba). Era uno de los mayores escollos en la negociación con los republicanos y, finalmente, no ha logrado salvarse. Se financiará con lo no gastado en anteriores rondas de estímulo fiscal asociados a la pandemia, aumento de la capacidad del Servicio de Impuestos para hacer cumplir las leyes fiscales (lucha contra el fraude) y con la venta de la Reserva Estratégica de Petróleo. 

"Hemos alcanzado un acuerdo", anunciaba Biden en la Casa Blanca, acompañado de diez senadores demócratas y republicanos en un acto que supone echar el cierre a unas conversaciones que se han prolongado durante casi tres meses. Ese pacto incluye un total de 579.000 millones de dólares en nuevos gastos y se enfoca en carreteras, puentes, ferrocarriles, internet de banda ancha, tuberías de agua y alcantarillado, y vehículos eléctricos.

Pese a la fuerte división que existe en el Senado estadounidense, el texto tiene muchas probabilidades de ver la luz, puesto que cuenta a priori con el respaldo de once senadores republicanos y de otros diez demócratas moderados. Así, superaría los 60 votos necesarios para esquivar un bloqueo si todos los senadores 'azules' le dan su apoyo.

De momento y de acuerdo con las cifras que han trascendido, el acuerdo bipartidista incluye 312.000 millones  de dólares para transporte. De ellos, 109.000 millones irán a parar a reparar carreteras y puentes, otros 66.000 millones a la inversión en trenes de pasajeros y carga, 49.000 millones más a transporte público y los 25.000 millones restantes a los aeropuertos. El paquete pone sobre la mesa 73.000 millones para infraestructura eléctrica y contempla además 65.000 para la expansión de banda ancha y 55.000 millones para proyectos de agua y alcantarillado.

El as bajo la manga que se guarda Biden

Desde el banco privado suizo Julius Baer inciden en que este plan se queda "muy por debajo de la propuesta inicial del Presidente Biden y, por tanto, tiene un impacto económico mucho más limitado". Pese a ello consideran que "las oportunidades de crecimiento siguen siendo amplias". Hay sin embargo un detalle importante. Biden pretende que el acuerdo vaya acompañado de otro más ambicioso donde sí se aborden los aspectos que los republicanos no han querido incluir en este texto (cuidado de dependientes, mayores, niños y educación).

El objetivo del presidente estadounidense es alcanzar en conjunto un gasto de 4 billones, y Biden ha advertido que, si el plan de infraestructuras es lo único que le llega a su mesa para firmar, no lo hará (pretende que le presenten también un acuerdo para activar la reconciliación presupuestaria para poder aprobar el resto de conceptos no incluidos en este sin la necesidad de contar con los republicanos). "Esto confiere al acuerdo todavía un factor de incertidumbre, porque son líneas rojas para los republicanos, no solo por el destino de los gastos, también porque probablemente requerirá la financiación vía subida de impuestos, subida que se ha evitado en el acuerdo de infraestructuras bipartidista", apuntan desde la consultora de análisis de mercados MacroYield

Los republicanos temen que, pese al esfuerzo para alcanzar un acuerdo sin subida de impuestos, estos lleguen más tarde y sin necesidad de contar con el apoyo republicano. La economía de Estados Unidos ha mostrado toda su potencia de despegue en la salida de la crisis de la Covid, tanto en términos macro como empresariales, con una campaña de resultados del primer trimestre que permitió a los grandes índices de Wall Street afianzar sus máximos históricos. El PIB de la primera economía del mundo avanzó un 6,4% interanual en el primer trimestre del año de la mano de un consumo que se disparó un 10,7% en relación al mismo periodo del año previo (el consumo aporta dos terceras partes del crecimiento del país).

La inflación interanual alcanzó el pico del 5% en mayo, su mayor acelerón desde 2008, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Hasta ahora los inversores parecen haber “comprado” en buena medida el discurso oficial de la Reserva Federal (Fed) respecto al carácter transitorio de la inflación, pero persiste un riesgo relevante de que las expectativas de inflación, las de subidas de tipos o ambas acaben resultando perturbadoras para la renta variable. El alumbramiento de este plan de estímulos puede traer, en ese sentido, algo más de paz para los mercados. 

Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

loading...