En la demencia y el alzhéimer aparecen en el cerebro una serie de depósitos de proteínas anormales que son uno de los objetivos preferentes para los tratamientos experimentales.
Unos científicos han descubierto que inhibir la función de un tipo concreto de moléculas puede frenar varios procesos propios de las enfermedades neurodegenerativas.
Seguir un estilo de vida saludable debe formar parte de nuestro día a día, porque aunque no lo percibamos ahora, a largo plazo todo deja huella en nuestro cuerpo.
Hasta el 25% de los pacientes con alzhéimer tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Una nueva investigación ha encontrado que las personas cuyas madres los han padecido serían las que más riesgo tienen de desarrollar la patología.
Aunque el alzhéimer suele presentarse en personas mayores de 65 años, en ocasiones también aparece en pacientes mucho más jóvenes. Ahora, un estudio ha encontrado que una mutación podría retrasar los síntomas en estas personas.
Desde la cocina podemos hacer grandes cosas por nuestra salud. Incluir determinados ingredientes en nuestras recetas nos ayudará a conseguir potenciar algunos efectos y reducir el riesgo de que determinadas enfermedades aparezcan.
En España hay cerca de un millón de personas con demencia, y un porcentaje alto de ellas sufre esta incapacidad que puede poner en riesgo su salud ante decisiones del día a día que afecten, por ejemplo, a sus tratamientos.
El estudio contemplaba los efectos en el deterioro cognitivo de personas con riesgo de alzhéimer de un programa de cambios dietéticos, ejercicio físico y otras actividades adicionales.
Las lesiones características del alzhéimer en el cerebro a veces aparecen en pacientes que no llegan a sufrir deterioro de la memoria o la función cognitiva.
Las cifras de alzheimer y otras demencias se multiplican cada año, convirtiendo estos trastornos cognitivos en todo un reto para la comunidad médica, que intenta descubrir los mecanismos que los originan.
Un grupo de investigadores ha desarrollado una herramienta que predice el tiempo que le queda a un paciente con declive cognitivo leve para llegar a la demencia.
Un estudio ha arrojado luz sobre los cambios en las estructuras cerebrales y además lo ha relacionado con un menor riesgo de sufrir demencia, deterioro cognitivo que en España afecta a 800.000 personas.
La investigación de la Universidad Rovira i Virgili es pionera y se ha centrado en ver cómo esta clase de dieta afecta a unas moléculas que se encuentran en la sangre y otros tejidos como el cerebro, y que actúan como marcadores y reguladores de la enfermedad.