Fue detenido el 23 de julio al recibir una denuncia de los vecinos y el 14 de agosto la jueza acordó una orden de alejamiento, a pesar de que su pareja no le acusó.
En 2012 pasó un mes en prisión por un presunto delito de abusos sexuales.
Fue condenado por tráfico de drogas y cuestiones relacionadas con la legislación de extranjería.
En la prisión de Castellón tuvo contacto con un condenado por el 11-M.
Según fuentes próximas al operativo, este individuo, de 45 años, era un salafista radical y, por edad y perfil, podría haber actuado de líder del grupo .
Desde que el imán comunicó que dejaba el país, nadie se había vuelto a cruzar con él, pero su compañero de piso mantiene que le vio el martes.