Ahora la Audiencia Nacional tendrá que determinar el grado de responsabilidad de los tres acusados en los ataques terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017.
Los acusados han expresado su arrepentimiento y aseguran que lamentan lo ocurrido en Las Ramblas y Cambrils.
El juicio deja incógnitas sin resolver, como el vínculo del imam de Ripoll con los servicios secretos españoles.
La mujer ha explicado que no ha sido reconocida como víctima del terrorismo y que, tanto ella como su hijo, han tenido que realizar sesiones de psicoterapia y neuropsiquiatría.
Uno de los testigos ha asegurado en el juicio del 17-A que Es Satty le justificó atentar en España y le dijo que podían entrar en un supermercado "y arrasar con todo".
El que fue presidente de la mezquita de Diegem (Bélgica) en 2016 ha declarado que el imán le dijo que estaba controlado por el CNI.
Un empleado del salón de juegos del municipio tarraconense discutió con ellos porque se metieron con una compañera.
Los terroristas prepararon el atentado en un restaurante abandonado y quemaron su documentación personal siguiendo un ritual conocido como 'camino de no retorno'.