Situada en el corazón de la provincia de Namur, la ciudad del saxofón y de la cerveza Leffe, es un destino perfecto para los que quieren conocer el país más allá de los circuitos turísticos.
Esta urbe es la segunda más poblada del país y conserva la esencia de la Edad Media incluso siglos después. Por ello, es una parada imprescindible en el itinerario del viaje por el país belga, y es que no deja indiferente a nadie.