En la Ciudad-estado, la compañía indicó que se trata de una medida cautelar hasta que las pruebas de ADN descarten que haya en estas restos de caballo.
En Tailandia afirmó que no puede asegurar con exactitud que contengan o no carne de equino y que retiró el producto para "no levantar preocupaciones".
El comisario de Salud ha pedido que "sancionen con más dureza, si no lo hacen".
El ministro de Agricultura irlandés, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE, ha reconocido que "no hay garantías de que no vuelva a ocurrir".
"Más de 800 millones de personas en el mundo se mueren de hambre (...) y no debemos tirar la comida a la basura", dice el ministro alemán de Cooperación.
Esta propuesta ha sido vista con buenos ojos desde la Iglesia Evangélica alemana.
Renate Künast, de los Verdes, cree que es una idea "absurda": "A la hora de comer no hay ciudadanos de segunda clase".
Los productos retirados de la venta son los ravioli y tortellini de carne Buitoni.
Han encontrado trazas de DNA de caballo en dos productos por encima del uno por ciento, lo que se considera un indicador de adulteración o grave negligencia.
Quieren determinar el alcance del fraude en alimentos procesados etiquetados como ternera y que contienen carne equina.
Se realizarán pruebas para ver si la carne de caballo en los mataderos contiene rastros de fenilbutazona, un antiinflamatorio nocivo para las personas.
Quieren averiguar el alcance del supuesto fraude en el etiquetado de la ternera en productos procesados y saber si hay riesgo sanitario.
"Spanguero sabía que etiquetaba como vacuno la carne de caballo" o "al menos hay una sospecha fuerte", dijo a la prensa el ministro francés de Consumo.
Bruselas ha subrayado que, al menos hasta la fecha, el escándalo es solo un problema de "etiquetado erróneo" detrás del cual podría existir fraude.