Los policías que requisaron el teléfono móvil de la periodista de Europa Press Blanca Pou han admitido este jueves que ésta invocó el derecho al secreto profesional para no revelar a sus fuentes. El caso se remonta a diciembre de 2018, cuando la Policía se incautó de distintos efectos electrónicos en la sede de la agencia de noticias en Baleares para investigar el origen de informaciones periodísticas publicadas en relación al 'caso Cursach'.

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