Connie Yates y Chris Gard, los padres de Charlie Gard, presentando una petición y una recogida de firmas ante el Great Ormond Street Hospital de Londres para que su hijo reciba un tratamiento experimental.
Connie Yates y Chris Gard, los padres del bebé terminal, a su llegada al Tribunal Superior de Londres, Reino Unido.
Los padres del bebé Charlie Gard.
  • Los padres del pequeño han calificado este último informe de los expertos de "malvado" y "sesgado".
  • Quieren que su hijo sea tratado en EE UU con una terapia experimental.
  • Sin embargo, los médicos del hospital Great Ormond Street mantienen que la calidad de vida de Charlie no mejorará y abogan por desconectarlo de las máquinas.
  • Los padres de un niño con un síndrome similar piden que Gard sea tratado en EE UU.
Connie Yates y Chris Gard, los padres de Charlie Gard, presentando una petición y una recogida de firmas ante el Great Ormond Street Hospital de Londres para que su hijo reciba un tratamiento experimental.
  • Art y Olga Estopinan se encontraban en una situación similar hace solo cinco años: "Nos dijeron que no había esperanza ni cura para nuestro hijo Art".
  • Los Estopinan cuentan que su hijo pasó de estar al borde de la muerte para recuperar algunas funciones motoras con el tratamiento experimental.
  • Los padres del pequeño Charlie están a la espera de que se publique la evaluación médica del doctor Michio Hirano para ser tratado.
Connie Yates y Chris Gard, los padres de Charlie Gard, presentando una petición y una recogida de firmas ante el Great Ormond Street Hospital de Londres para que su hijo reciba un tratamiento experimental.
César Nombela
  • El vocal del Comité de Bioética y rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), César Nombela, se ha mostrado "partidario" de que el bebé británico Charlie Gard, afectado de una enfermedad genética rara y mortal, reciba un tratamiento médico, tal y como quieren sus padres, pese a la decisión de la Justicia británica de desconectarle del soporte que le mantiene con vida.
Chris y Connie, padres del bebé Charlie Gard, el bebé británico de 11 meses que sufre una anomalía genética y cuya desconexión de la máquina que le mantiene con vida ha sido ordenada por un juez.