Con puestas en escena dominadas por una tensión extraída del cine, la aclamada fotógrafa noruega opina que le debe más a la pintura de Edvard Munch.
La abuela de la artista le enseñó de niña los cuadros del autor de 'El grito', de los que extrajo la conclusión de que siempre es necesario 'usar lo privado' en el arte.
Niemi prepara su primera exposición individual en Nueva York.
'Formas biográficas. Construcción y mitología individual' estará desde este miércoles hasta el próximo 31 de marzo.
Se trata de una ueva perspectiva de las obras de reconocidos artistas que, por primera vez, no retratan la experiencia vivida del autor sino que la construyen.
Coloridos óleos, fotografías contemporáneas, esculturas y proyecciones audiovisuales buscan reflejar el camino de una vida ajena a la vivida.
La versión al pastel de "El Grito", de Edvard Munch, fue la que alcanzó un precio más alto: 90,75 millones de euros, la mayor cifra jamás pagada en una subasta.
El cuadro más caro de un autor vivo fue una pieza de Gerhard Richter que vendía el guitarrista Eric Clapton: 25,7 millones.
Una obra de Edward Hopper alcanzó el record en subastas 'online' (7,2 millones) y otra de Rafael fue el dibujo mejor pagado: 36 millones.
Supera los 81 millones de euros de Desnudo, hojas verdes y busto de Picasso, el máximo histórico alcanzado hasta ahora por un cuadro en una subasta.
La única versión de las cuatro existentes que aún se hallaba en manos privadas, pertenecía a Petter Olsen, cuyo padre fue amigo, vecino y empleador de Munch.
También se subastaron varias obras de Picasso, Dalí, Miró y un Gauguin.