Las perovskitas actúan de manera similar a las células solares que componen los paneles tradicionales, además, absorben la energía del Sol para convertirla en electricidad.
El concepto surgió a raíz de un artículo de los 60 del físico teórico y matemático, Freeman Dyson, que proponía diseñar una estructura que rodease las estrellas en la que viviesen las civilizaciones, dejando atrás los planetas.
El avión solar vuela a una altura máxima de 11.000 metros, soporta una carga útil de 363 kilos y opera de forma autónoma a una velocidad de entre 45 y 90 kilómetros por hora.