Las seis firmas, que se hacían llamar "el G7 de la construcción", alteraron concursos de obras públicas en hospitales, puertos, aeropuertos, metro o carreteras.
Subcontrataban trabajos a un mismo consultor al que exigían exclusividad y compartían los gastos, ahorrándose cientos de miles de euros cada año.
Elon Musk alertó en noviembre del año pasado que debían poner en órbita los nuevos modelos de sus satélites lo antes posible para conseguir obtener beneficios de sus servicios.