Debido al incremento del precio de las viviendas, cada vez es más complicado que las personas puedan hacer frente a las hipotecas en provincias como Sevilla, Granada, Málaga o Córdoba.
Los autónomos deben superar un análisis crediticio bastante más estricto que los asalariados, ya que deberá demostrar que su negocio le ha reportado unos beneficios más o menos estables durante varios años (dos como mínimo).