Este producto financiero está dirigido a "personas mayores de 65 años o que acrediten un grado de discapacidad igual o superior al 33% o dependientes que sean propietarios de una vivienda".
Con la venta de la nuda propiedad o con la conformación de una hipoteca inversa, el propietario se puede asegurar una renta constante en el tiempo sin renunciar al uso de la vivienda.
Para muchos pensionistas españoles se trata de un auténtico salvavidas financiero que les permite vivir mucho más desahogados durante años.