La Unión Europea quiere que los apartamentos y las habitaciones que se alquilen por cortos periodos de tiempo tengan un número único para ayudar a las autoridades a identificarlos.
Este ámbito se sigue rigiendo por el Código Civil en vez de por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), así, con contratos de seis a nueve meses, los propietarios pueden subir los precios cuánto quieran.