En 1980, los marqueses fueron asesinados a tiros mientras dormían y el principal condenado fue el exyerno, Rafi Escobedo, quien estuvo casado con la hija mayor del matrimonio.
Hijo de los marqueses de Urquijo, asesinados en su chalé de Somosaguas en 1980, estaba separado de Rocío Caruncho, con quien mantenía buena relación y compartía la misma vivienda en Madrid.