Ayuso y Almeida no han pactado con Vox, pero se bastan solitos para arrastrar a la derecha clásica a la ultraderecha y chapotear en esta como si fuera su ecosistema natural.
El Madrid de siempre no solo es el de los chisperos sino, sobre todo, el de los isidros e isidras: los que vinieron de fuera a la romería del santo y acabaron encontrando en Madrid un lugar para vivir.