Las mujeres que sufren el SOP tienen un riesgo mayor a desarrollar desórdenes metabólicos, como obesidad, intolerancia a la glucosa o diabetes tipo II, entre otros. El deporte juega un papel fundamental para paliar estos síntomas según una doctora.
"El exceso de andrógenos que se produce en el síndrome del ovario poliquístico provocan la aparición de síntomas que consideramos virilizantes como el hirsutismo, el acné o la alopecia".