Se llama Alcachofa de Jerusalén, es muy poco conocida en España, aunque cada vez más los agricultores de Málaga la cultivan, y ya está recomendada por los médicos por sus propiedades digestivas que nada tienen que envidiar a las del kéfir.
Cada vez son más las investigaciones que están documentando relaciones entre la salud de la microbiota intestinal y el funcionamiento del cerebro y los desórdenes metabólicos como la obesidad.
Un estudio ha encontrado evidencias acerca de la relación existente entre la salud del microbioma intestinal y el estado de los huesos, abriendo la puerta a tratamientos a base de prebióticos.
El yogur y el kéfir son dos alimentos muy presentes en nuestra lista de la compra cuando vamos a un supermercado. Aunque solemos pensar que son los que más prebióticos tienen, existe una infusión con unos niveles más altos que estos.
Los prebióticos actúan como el sustrato que nutre a los microorganismos que componen la flora intestinal, con lo que son fundamentales para que esta esté equilibrada y saludable.
Olalla Otero, doctora en Biología por la Universidad de Vigo, explica cómo estos microorganismos pueden incidir en factores como el sobrepeso y la obesidad, la salud oral o para tratar distintos problemas cutáneos.