El pequeño estado mexicano de Nayarit, en la costa del Pacífico, alberga la playa más larga de Latinoamérica y una isla-prisión reconvertida en atractivo turístico.
El anterior récord de velocidad máxima de un dron se había registrado en 2017 durante la competición de carreras de vehículos aéreos no tripulados Drone Racing League.