Un médico militar norteamericano examina a un niño indonesio. (Foto: Reuters)
El Gobierno indonesio situó el miércoles el número provisional de víctimas mortales por el terremoto en 5.846 yaumentó hasta 650.000 el número de desplazados.

Las condiciones precarias en las que éstos viven propician la aparición de enfermedades comunes como diarreas, gripes y neumonías, que se agravan por la falta de medicinas suficientes y por la saturación de los hospitales.

Un hombre sostiene a su hijo de un año en el hospital de campaña del campo de refugiados de Bantul, Indonesia. (Foto: Efe)
Los centenares de miles de desplazados por el seísmo indonesio del sábado pasado reclaman con impaciencia mayor rapidez en la distribución de ayuda humanitaria mientras se organizan por su cuenta.

Mientras crece el riesgo de enfermedades e infecciones entre la población, un terremoto de 5,6 grados en la escala de Richter se registró hoy en la provincia de Papúa, sin que haya habido víctimas o daños.

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