Esta patología, que provoca debilidad muscular fluctuante, es eminentemente femenina y se suele presentar en su inicio en los músculos faciales. La buena noticia es que el tratamiento consigue hacer remitir gran parte de sus manifestaciones.
Las acciones repetitivas y movimientos incontrolados que caracterizan el fidgeting pueden ser el resultado de diversos estados de ánimo que se solapan entre sí, incluso de un TDAH. Sin embargo, esta particularidad puede suponer beneficios para la persona afectada.