La carretera más bonita y espectacular del mundo: un enorme Scalextric lleno de curvas y vistas increíbles
En el corazón de Rumanía, se encuentra la carretera Transfagarasan, también conocida como DN7C, una de las rutas más espectaculares y desafiantes del mundo. Con sus 90 kilómetros de longitud, esta vía serpentea a través de las cumbres más altas de los Cárpatos del Sur, conectando las regiones históricas de Transilvania y Valaquia, y uniendo las ciudades de Sibiu y Pitesti.
Construida originalmente como una ruta militar estratégica durante la dictadura soviética de Nicolae Ceausescu, la Transfagarasan alcanza una altitud máxima de 2.034 metros, convirtiéndose en la segunda carretera pavimentada más alta de Rumanía. Su construcción comenzó en 1970 y culminó cuatro años después, tras el uso de 6.000 toneladas de dinamita y el sacrificio de numerosos trabajadores.
Viajar por la Transfagarasan es como adentrarse en un enorme Scalextric diseñado por un apasionado de las curvas. Con un promedio de velocidad de apenas 40 km/h debido a su sinuosa topografía, los conductores se enfrentan a horquillas cerradas, curvas abiertas y giros en ángulo recto: cada kilómetro una experiencia emocionante.
Atractivos naturales y históricos
Además de ser un deleite para los entusiastas del motor, la carretera ofrece vistas espectaculares y acceso a varios puntos de interés. Entre ellos destaca el Lago Bâlea, un hermoso espejo de agua glacial cerca del punto más alto de la ruta. Aquí, la Transfagarasan atraviesa el túnel más largo de Rumanía, de 884 metros, que curiosamente carece de iluminación artificial.
En la sección sur, cerca de la villa de Arefu, se puede visitar el Castillo Poenari. Esta fortaleza histórica fue la residencia de Vlad III el Empalador, el príncipe que inspiró al Drácula de Bram Stoker. Desde un aparcamiento cercano, un camino lleva a los visitantes hasta las ruinas del castillo, ofreciendo una mirada al pasado medieval rumano.
Fauna y condiciones climáticas
La Transfagarasan también es famosa por su fauna. En los bosques y montañas circundantes habita la mayor población de osos pardos de Europa, lo que añade un atractivo adicional para los viajeros que pueden avistarlos a lo largo del recorrido.
Durante los meses fríos, de finales de octubre a finales de junio, la carretera suele estar cerrada debido a la nieve. Sin embargo, dependiendo de las condiciones meteorológicas, puede permanecer abierta hasta finales de noviembre. La ruta también puede cerrarse temporalmente en cualquier momento del año si las condiciones climáticas son adversas,. En ocasiones, incluso, se han registrado nevadas en pleno mes de agosto, cuando en España las temperaturas son muy calurosas y en muchos puntos rebasan los 35º centígrados.
Consejos para los visitante
Para aquellos que planean visitar esta joya de la ingeniería rumana, es recomendable tomarse su tiempo. Aunque recorrer los 90 kilómetros puede parecer una tarea rápida, la realidad es que las curvas y las vistas panorámicas invitan a detenerse y disfrutar del paisaje. En temporada alta, es común encontrar tráfico, especialmente en los puntos de interés principales como el Lago Bâlea y el Lago Vidraru, donde los aparcamientos pueden estar abarrotados.
La Transfagarasan no solo conecta geografías, sino también épocas y culturas, ofreciendo un viaje a través del tiempo y el espacio en una de las rutas más deslumbrantes del mundo. Para quienes buscan una experiencia de conducción inolvidable, esta carretera es, sin duda, una visita obligada.