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El plan de reducción de emisiones de la UE podría aumentar en 50 céntimos el precio por litro diésel, según un estudio

Se prevé una subida del precio del diésel por los planes antiemisiones.
EUROPA PRESS-Archivo

La reducción de emisiones y del impacto del transporte, así como de los sistemas de calefacción de los hogares o de la industria general, es uno de los objetivos principales de las próximas décadas marcados por la Unión Europea. Tras la última reunión de la UE a finales de mayo para concretar la hoja de ruta y cumplir con los datos marcados en el Acuerdo Verde con la mirada puesta en el próximo año 2030 y de cara al 2050.

Después de las multas a los fabricantes del sector del automóvil por las emisiones de sus vehículos vendidos, ahora la Comisión está decidiendo qué medidas adoptar para conseguir reducir en un 40% las emisiones de gases efecto invernadero, en comparación con los niveles de 1990, y una reducción neta del 55%. 

Sin embargo, la vía para conseguir estos resultados puede elegir diferentes caminos y en el caso de centrarse única y exclusivamente en el mercado de los combustibles fósiles esta decisión podría traer consecuencias negativas. Según un estudio elaborado por Cambridge Econometrics y tras las advertencias de Transport & Environement, el plan de la UE para el mercado del carbón podría encarecer hasta en 50 céntimos el precio del litro del diésel. En el 2030, la tonelada de carbón llegaría a costar 180 euros. 

Este gravamen representaría una dificultad añadida para las familias con un nivel socioeconómico medio y bajo ya que, además, el nuevo precio del carbón afectaría directamente al transporte y al gasto energético en las casas europeas. 

Si el principal método para reducir las emisiones es restringir el uso del carbón y aumentar sus precios, el coste del combustible para vehículos podría elevarse hasta en un 35% en países como Francia, que ya sufrió protestas tras el incremento de los impuestos sobre el diésel. En otras naciones como Alemania, donde el precio del gas no es excesivamente caro, utilizar la caldera en casa para encender la calefacción podría encarecerse hasta en un 135%. 

La limitación del uso del diésel debe ir acompañada, según T&E, de objetivos ambiciosos respecto a la reducción de emisiones que también impulsen el uso de transportes más limpios y que beneficien también a los ciudadanos.

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