Coches elétricos e híbridos

Un coche eléctrico también funciona con hidrógeno

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Generalmente asociamos a los coches eléctricos con vehículos de baterías, pero eso no siempre es así, ya que un coche eléctrico se puede alimentar energéticamente de diversas fuentes y no exclusivamente de la electricidad proporcionada por la red eléctrica y acumulada en sus baterías.

Hoy os quiero hablar de los coches eléctricos alimentados por la energía procedente del hidrógeno (H2). Existen diferentes maneras de generar ésta energía, pero generalmente, en el sector de la automación, (ver modelos y sus enlaces) se ha optado por utilizar una pila de combustible que obtiene la energía del hidrógeno mediante un proceso electroquímico. El hidrógeno que alimenta la pila de combustible se almacena en estado líquido (LH2) en un tanque o depósito similar al de la gasolina pero comprimido a altas presiones (entre 300 y 700 bares).

El resultado de todo el proceso representa una movilidad "cero emisiones",  ya que la transformación del hidrógeno en energía eléctrica en un vehículo de estas características genera como "residuo" únicamente vapor de agua.

El repostaje del hidrógeno, a diferencia de las actuales recargas de los coches eléctricos de baterías, se puede realizar en pocos minutos (al mismo nivel que el combustible), resolviendo así el problema principal de la autonomía y tiempos de espera de los coches eléctricos actuales. Hasta aquí todo parece ideal, pero entremos un poco en materia. El repostaje se hace en estaciones especializadas y poco comunes (sobretodo en el sur de Europa) que requieren de un sistema totalmente estanco (presurizado), pues el hidrógeno se suministra a altas presiones (entre 300 y 700 bares) y es inflamable al contacto con el aire. En España existen unas pocas "Hidrogeneras" destinadas a flotas industriales o de transporte público.

El hidrógeno (no procedente de derivados fósiles) no es una fuente de energía en si misma, sino un subproducto obtenido a base de la utilización de grandes cantidades de energía (electrólisis), que se comprime y almacena a altas presiones (300-700 bares) para finalmente ser utilizado para la generación de energía eléctrica. Todo este proceso puede representar un balance de emisiones global mayor a la de los combustibles fósiles, si no se prioriza o garantiza que su obtención se realiza mediante la utilización de energías procedentes de fuentes renovables, aspecto esencial si el objetivo principal de estas nuevas tecnologías en movilidad, no es otro que contribuir a una mejora ambiental y a la reducción de emisiones en términos globales.

Aspectos como la eficiencia total de un coche eléctrico de pila de combustible-hidrogeno, comparada con otras tecnologías, es un tema muy interesante que trataré en un próximo post.