Los peligros de conducir en un carril adicional: todo lo que necesitas saber

Hay momentos en los que el tráfico se densifica, como en las operaciones de salida y retorno de los momentos vacacionales, en los que se crean los temidos atascos que entorpecen la circulación, estresan a los conductores y aumentan el peligro en las carreteras. Para dar alivio a estas situaciones y descongestionar las vías existen varias soluciones entre las que se encuentran los carriles adicionales. 

Este tipo de carriles son aquellos que se habilitan en carreteras con arcenes o doble sentido de circulación y que, señalizados por balizas o conos, modifican la trazada habitual de los vehículos que transcurren por ellas. Suelen establecerse en vías de una única plataforma (es decir, sin mediana o barrera que separe los diferentes sentidos, como las carreteras convencionales) y se utilizan los arcenes para que los vehículos circulen, señalizando los nuevos carriles adicionales con conos y balizas. 

Otra opción utilizada en autovías y autopistas con separación de sentidos, mucho más peligrosa, es la del carril en sentido contrario: se suprime una vía de uno de los sentidos, abriendo la mediana, y se concede al sentido más congestionado a través de una línea de conos.

Cómo circular

Este tipo de carriles comportan una serie de peligros a la circulación, más allá de la propia congestión del tráfico. Al reducir el tamaño de las vías por las que transcurren los vehículos, la capacidad de maniobra es mucho menor y se pueden producir colisiones debido al flujo del tráfico en ambos sentidos con menor espacio. 

Por esta razón, es importante seguir a rajatabla las indicaciones de los agentes de tráfico que se encuentren en el lugar y las medidas de seguridad establecidas por la Dirección General de Tráfico: