Los beneficios del aceite de ricino para las cejas y pestañas

Probablemente ya hayas oído hablar de este ingrediente, ya sea por sus beneficios o por los supuestos riesgos asociados a su uso. Lo cierto es que los usos medicinales y cosméticos del aceite de ricino se remontan a los antiguos egipcios, que ya lo usaban como fórmula purgante. Incluso todavía se utiliza ampliamente en formas de medicina alternativa, como la ayurveda.

Más recientemente, el aceite de ricino se ha utilizado para ayudar a promover el crecimiento del cabello en el cuero cabelludo, las cejas y las pestañas y, a menudo, se recomienda como un producto de cuidado posterior para tratamientos estéticos como levantamientos de pestañas o laminación de cejas. Sin duda, es de esos productos que la naturaleza nos brinda y del que podemos extraer múltiples beneficios cosméticos, pero del que aún surgen muchas dudas.

Pero, ¿qué es el aceite de ricino?

El aceite de ricino es un aceite vegetal que se obtiene de las semillas de la planta Ricinus communis, conocida comúnmente como higuera infernal. Es una planta originaria del centro de África y otras regiones de clima tropical. Aunque las propias semillas de esta planta son tóxicas, el aceite extraído de ellas no lo es. Y no solo eso, sino que es un ingrediente con muchos beneficios a tener en cuenta. 

El principal componente de esta sustancia es el ácido ricinoleico (presente en más de un 85%), aunque también cuenta con una alta presencia de ácido oleico y linoleico. Sus componentes convierten a este aceite vegetal en un ingrediente hidratante básico en belleza, sobre todo utilizado en la piel y el cabello.

¿Cuáles son los beneficios del aceite de ricino para cejas y pestañas?

Este alto contenido en ácido ricinoleico hace que el aceite penetre hasta los folículos y alimente la raíz del pelo. De esta forma conseguimos fortalecer las pestañas y hacerlas más sanas. El ácido ricinoleico también tiene propiedades antifúngicas y antibacterianas, de forma que su aplicación ayuda también a combatir las bacterias que en ocasiones pueden aparecer en la zona ocular.

También es beneficioso para las pestañas porque actúa como un hidratante natural, de modo que las lubrica desde la raíz. Por ello, es un buen tratamiento natural para evitar la caída de las pestañas y otros resultados del mal uso o abuso del maquillaje, las alergias, el estrés, deficiencias nutricionales…

En el caso de las cejas, el ácido ricinoleico es ideal para estimular el crecimiento del pelo de aquellas zonas más despobladas. Al igual que ocurre en el caso de las pestañas, el aceite penetra hasta el folículo, donde crece el vello, y ayuda a fortalecerlo. Además, su capacidad hidratante evita la resequedad y hace que esté más suave y brillante. 

Para aprovechar sus beneficios, el truco está en aplicarlo sobre las pestañas o las cejas cada noche, ya sea con un sutil masaje o con un cepillo para pestañas o cejas. Es preferible acudir a este producto antes de dormir, ya que, si se utiliza por el día, el aceite de ricino puede influir en la duración de productos como las máscaras. A la mañana siguiente se quita el aceite restante con una toallita facial.

Resolviendo dudas sobre su utilidad (y su seguridad)

En los últimos años, el aceite de ricino se ha comenzado a utilizar como alternativa a los sueros para pestañas y otros productos dermatológicos convencionales. Pero lo cierto es que no hay estudios científicos suficientes para afirmar que este aceite acelere el crecimiento del cabello. Los expertos de MC 360, clínica capilar, explican que: “el aceite de ricino no mejora la alopecia ni puede asegurarse que ayuda al crecimiento del pelo. Lo que sí se sabe del aceite de ricino es que activa las prostaglandinas E2 igual que sucede con el Minoxidil. En este sentido sí que podría decirse que el aceite de ricino tiene cierto grado de eficacia para mantener el pelo sano y fuerte”.

También, en numerosas ocasiones se ha puesto en duda la seguridad del uso de este producto. Lo cierto es que el aceite de ricino en sí no es tóxico. En la elaboración del aceite, se produce ricina, que es altamente tóxica y ricinina, algo menos tóxica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas sustancias no se encuentran en el aceite elaborado, ya que se separan en el proceso de prensado y extracción del aceite