Belleza

Qué es el síndrome 'tech-neck', cómo afecta a la estética y qué tiene que ver con el (mal) uso del móvil

Bajar la cabeza para mirar el móvil puede tener uan serie de consecuencias indeseables, físicas y estéticas.
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El denominado síndrome tech-neck ya ha sido 'elevado' por la Organización Mundial de la Salud a la categoría de enfermedad, por las consecuencias que puede tener para la salud el mal uso del dispositivo móvil que nos acompaña a la práctica totalidad de las personas en España.

De sobra sabido es que permanecer demasiado tiempo delante de la luz azul que emiten las pantallas electrónicas no es saludable, y puede afectar tanto a la visión como a una correcta higiene del sueño. Pero es que ahora, además, se han establecido una serie de daños colaterales fundamentados en problemas articulares y posturales.

Y es que, aparte de los problemas estructurales que ocasionan determinadas posturas a la hora de hablar por el móvil, existen otros más estéticos que se refieren a la aparición prematura de arrugas en la zona del cuello. Vamos a analizar qué es eso del síndrome del tech-neck y cómo evitarlo para no 'echarnos años encima'.

Síntomas del tech-neck que podemos evitar

Abusar del uso del móvil puede provocar serios dolores de cabeza.
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El mal uso y también el abuso de dispositivos electrónicos, en especial los smartphones de los que casi todas disponemos, puede provocar ciertos problemas estructurales de salud fácilmente evitables. 

Cuando hablamos de malas posturas estamos hablando de utilizar nuestro móvil mirando hacia abajo, doblando el cuello y adelantando los hombros, postura que va a provocar sí o sí dolores y malestar si permanecemos mucho tiempo en esa posición. 

Así pues, entre los síntomas más frecuentes que provoca el denominado síndrome tech-neck están el dolor de cuello con sensación punzante añadida de manera habitual. Otro de los síntomas de los que no nos vamos a librar si abusamos del dispositivo móvil, y lo hacemos adoptando una mala postura, es el de hormigueo en los dedos de las manos. 

La sensación de entumecimiento está provocada por la presión que se establece en los nervios del cuello, que se refleja en la movilidad de nuestras manos y que, en los casos más extremos, puede provocar pérdida de fuerza.

Además, el mal uso del móvil lleva asociados dolores frecuentes de cabeza, puesto que al inclinar ésta hacia abajo, descompensamos el equilibrio natural del peso sobre los hombros, y eso tiene consecuencias sobre el bienestar postural.

Problemas estéticos del tech-neck

El mal uso del móvil provoca la aparición prematura de arrugas en el cuello.
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Sucede que más allá de los problemas que puede trabajar un fisioterapeuta (si reaccionamos a tiempo), agachar la cabeza para chatear con nuestro dispositivo, por ejemplo, tiene secuelas sobre la calidad de nuestra piel y la aparición de arrugas prematuras.

Mirar hacia abajo de manera repetida va a hacer que la piel del cuello vaya perdiendo progresivamente su elasticidad y la firmeza natural, circunstancia que desembocará en la aparición abrupta de arrugas, así como de una flacidez indeseada.

En palabras de Paula Aguayo, dermatóloga y colaboradora de Institut Esthederm, "las arrugas horizontales del cuello se producen por factores no modificables, como la predisposición genética, pero también por factores que dependen de nuestro estilo de vida". 

Entonces, ¿cuáles son esos factores modificables? "Desde una alimentación irregular y poco equilibrada, hasta el consumo de tóxicos como el tabaco o el alcohol, daño solar o posturas inadecuadas mantenidas en el tiempo, como puede ser permanecer mucho tiempo con la cabeza flexionada, algo que hacemos con frecuencia al mirar el móvil”, añade la dermatóloga.

Cómo evitar los daños estéticos del mal uso del móvil

La posición correcta para ver el móvil es a la altura de los ojos
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Con el objetivo de minimizar lo más posible el impacto estético que provoca el uso abusivo del móvil, y el hecho de doblar el cuello inadecuadamente, existen una serie de tips que pueden ayudarnos a revertir el síndrome tech-neck.

La manera correcta de utilizar nuestro smartphone es, según los expertos, sujetarlo a la altura de nuestros ojos, en vez de inclinar la cabeza y doblar el cuello constantemente. Si no tenemos más opción que usarlo a menudo, es importante que nosotros mismos establezcamos descansos frecuentes, en los que aprovechemos para realizar estiramientos del cuello y los hombros.

Como rutina diaria, además, podemos practicar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de los músculos del cuello, procurando tirar de los hombros hacia atrás de vez en cuando y alargando el cuello hacia arriba.

Por lo que respecta a nuestra rutina de skincare, es importante que no olvidemos el cuello y el escote. A menudo, nuestro ritual se queda en el rostro, sin darnos cuenta de que el cuello y el escote, siempre a la vista, pueden delatar un envejecimiento cutáneo prematuro. Las cremas que utilicemos deben centrarse en el aporte de colágeno y otros activos reafirmantes que nos ayuden a tensar la arquitectura de la piel y a devolverle su elasticidad.

Tratamiento para los efectos físicos de este síndrome

El fisioterapeuta trabajará la corrección postural para devolverle al cuello su condición original y evitar los dolores.
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Por lo que respecta a los dolores que van asociados al síndrome tech-neck, nuestro aliado será el fisioterapeuta, que intentará corregir, estirar y fortalecer la musculatura de la zona afectada. 

Desde la clínica Physicalmed proponen restaurar la función normal del cuello y minimizar los dolores con trabajo manual en la zona a nivel fascial, con estiramientos y el tratamiento con Indiba.

Durante la terapia física el fisioterapeuta practicará una serie de ejercicios y pautas para estirar y fortalecer la musculatura de la zona cervical, hombros, dorsal y lumbar. También enseñará al paciente cómo mejorar su postura y cómo trabajar la amplitud de movimiento. Hacer todo esto frente a un espejo es muy útil para que el paciente vea mejor sus errores e integre adecuadamente las correcciones.

Sin embargo, este tipo de patología se puede prevenir con una buena educación postural y una rutina de ejercicios adecuada. Los fisioterapeutas también pueden ayudar en este punto, especialmente a las personas que por su trabajo o su actividad tengan más riesgo de sufrir el síndrome del tech-neck.

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