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¿Es lo mismo mala circulación y retención de líquidos?

La mala circulación puede provocar dolor.
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La hinchazón en las piernas y la sensación de pesadez pueden generar dudas sobre si se trata de una retención de líquidos o de problemas de mala circulación. Y es que hay circunstancias en las que estas dos condiciones están relacionadas entre sí. Sin embargo, conocer sus diferencias es importante para saber cómo abordarlas y tratarlas de la mejor forma posible, ya que suelen ser bastante incómodas. 

La mala circulación y la retención de líquidos… no, no son lo mismo

Cuando hablamos de mala circulación, hacemos referencia a la reducción del flujo sanguíneo en una parte determinada del cuerpo, como pueden ser las piernas. Esto provoca una serie de síntomas como sensación de pesadez, dolor, calambres, varices, hinchazón, y picor y hormigueo, según los datos que arrojó el II Estudio CinfaSalud

¿Puede haber mala circulación y ausencia de retención de líquidos? La respuesta es sí, pues la retención de líquidos se diagnostica cuando hay un edema, es decir, una acumulación de líquidos que no siempre aparece cuando hay una mala circulación. Sin embargo, en ocasiones sí coexisten ambos diagnósticos, lo que genera dudas y confusión.

De hecho, el artículo Uso inadecuado de términos vasculares: mitos y leyendas deja claro que "la aparición de un edema en las extremidades inferiores es motivo de una causa que altera el normal retorno venoso y la «retención de líquidos» es el síntoma de este proceso". 

¿Cuáles son las causas de su aparición?

El sedentarismo es una de las causas que preocupan, ya que puede derivar en "una mala circulación y un mal retorno venoso", según afirman desde el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo. Sin embargo, tener el colesterol alto, la obesidad o la propia genética son factores que contribuyen a la aparición de esta condición. 

Con respecto a la retención de líquidos, sus causas son diversas. Desde estar embarazada, hasta alimentarse e hidratarse mal, o haber sido diagnosticada con alguna enfermedad renal, como explican desde Ruber Juan Bravo. Asimismo, como ya hemos visto, puede ser un síntoma que alerte sobre un problema con la circulación. 

Tratamientos para la mala circulación y la retención de líquidos

La mejor forma de evitar estos diagnósticos es prevenir que aparezcan, aunque esto no siempre es posible. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), hacer ejercicio regularmente —"un mínimo de media hora entre cuatro y cinco veces por semana"—, introducir en la dieta abundantes frutas y verduras, mejorar la postura corporal y dejar de fumar son algunas recomendaciones para evitar una mala circulación.

Sin embargo, una vez que ya se tiene esta condición, dependiendo de la gravedad, se pueden mejorar los hábitos y los médicos quizás consideren necesario recetar medicamentos, como la pentofixilina que mejora la circulación sanguínea y los síntomas como el dolor. 

En el caso de la retención de líquidos, beber abundante agua, practicar deporte y comer mejor ayuda. En situaciones muy específicas, los profesionales aconsejan el consumo de fármacos diuréticos para contribuir a la eliminación del líquido que se ha acumulado. 

Podemos concluir, por tanto, que la mala circulación y la retención de líquidos no significan lo mismo, sin embargo, sí pueden estar relacionadas, puesto que un flujo sanguíneo que circula más lento por las venas y arterias puede acabar generando edemas.

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