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De Bianca Censori a Doja Cat: cuál es el peligro de que tu pareja te elija la ropa

Doja Cat y Guram Gvsalia
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En los 2000, las 'power couples' encontraron en la moda un lenguaje compartido con el que dejar constancia del éxito de sus relaciones. Desde Victoria y David Beckham hasta Britney Spears y Justin Timberlake descubrieron la magia de conjuntar sus looks en la alfombra roja en un ejercicio de unión 'fashionista' que nuestra mente lee como una clara señal de que tienen una relación saludable. Al fin y al cabo, si la moda es una forma de autoexpresión, cuando una pareja comparte gustos, ¿acaso no es esa una prueba irrefutable de que todo va sobre ruedas?

El tiempo demostró que no. Sin embargo, el poder de las parejas que conjuntan sus looks es tal que se sigue erigiendo como la base de las relaciones aspiracionales, haciendo que las 'celebs' parezcan conectadas de forma emocional a través de sus looks, algo más habitual en las primeras fases de las relaciones. Y si ya después cada uno viste a su manera, no pasa absolutamente nada, porque la vida no es (afortunadamente) un editorial de moda.

Lo que es indudable es que al compartir estilo, en la era de las personas marca, pues de la mano de las redes sociales, 'influencers' y celebridades se convierten en sus propias firmas, la moda puede en ocasiones no ser tan dulce, pues lejos de ser un vínculo, puede funcionar para convertir al otro en un producto que controlar y con el que incluso vender. De esta forma, pasamos de la persona marca a la persona neón publicitario.

Ambos apuestan por diseños con los que promocionar sus marcas y su propio sello personal

Ya hablamos del síndrome de Elvis, y ahora nos asalta el síndrome Pigmalión fashionista. Hablamos de parejas (o casi, porque el manager de Doja Cat ha denegado la relación) como las formadas por Doja Cat y Guram Gvsalia (hermano de Demna, director creativo de Balenciaga) y Kanye West y Bianca Censori. Ambos diseñadores visten tanto a la rapera como a la silente arquitecta a su antojo, justificando tal ejercicio alegando ser genios creativos. Lo sabemos: es reduccionista pensar que ellas no tienen voz alguna a la hora de dar el "ok"  a sus looks, pero es significativa la forma en la que los dos apuestan por diseños con los que promocionar sus marcas y por descontado, su propio sello personal. Una imagen, por cierto, absolutamente sexualizada. ¿Casualidad? Lo dudo.

Él está obsesionado con la atención de los medios, y ella es una supuesta utilería que no se avergüenza de usar

"Creo que las apariciones de Bianca y Kanye tienen como objetivo continuar la mística y crear un interés continuo en su marca. Él está obsesionado con la atención de los medios, y ella es una supuesta utilería que no se avergüenza de usar", explicaba a The Mirror la periodista Jeannie Assimos. 

"Todo está completamente orquestado. Parecen estar construyendo una marca muy extraña que parece ser una caída a cámara lenta de la que no podemos despegar la mirada", asegura. "Aquí se traza una línea entre aquellos que creen que es un ejercicio de control y quienes creen que ella es cómplice y está totalmente involucrada en este 'freak show'. En definitiva, es un espectáculo extraño en el que todos participan, mientras que algunos disfrutan además de estas fotos explícitas", comenta por su parte el gurú de las relaciones públicas de Reino Unido, Mark Borkowski a MailOnline.

"Creo que volveremos a analizar este tema si se separan, y lo veremos entonces como un claro ejercicio de explotación. Muchos de sus looks han sido creados para satisfacer las ansias de publicidad. Esta es la fórmula de Kanye para estar en boca de todos y también una declaración a su ex esposa, Kim Kardashian, quien participó en ese mismo ejercicio publicitario cuando estaban juntos, algo que ahora Kanye está llevando a otro nivel, pues Kim lo hizo con una mucho más estilo y garbo", añade. 

Doja Cat y Guram Gvsalia comprando joyas
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El hecho de que como indicábamos, el manager de Doja Cat haya negado que su representada y Guram sean pareja es especialmente escalofriante, porque se han esforzado por hacernos creer lo contrario en un constante despliegue marketiniano en el que incluso han sido inmortalizados yendo a buscar joyas mientras ella luce... Una sábana. El polémico diseñador de Vetements ha encontrado en esta "amistad", en la que ella va siempre medio desnuda, una forma de acaparar la atención de los medios, llegado ambos a posar en la alfombra roja de la gala MET dejando para el recuerdo (¿o para el olvido?) una imagen en la que ella lleva un vestido efecto camiseta mojada.

El problema es que como ocurre en la dupla Censori/West, el hombre siempre va completamente vestido, mientras que ella va prácticamente desnuda, siendo las prendas que luce fruto de la creación de ese genio creador atormentado que resucita así la molesta fórmula de la musa (como objeto) y el artista (como sujeto).

Doja Cat y Guram Gvsalia
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En el mundo de la moda ocurre como en el arte: al haber tenido un acceso casi exclusivo los hombres a la puesta en marcha de las imágenes culturales, ellos se han encargado, como explica en Women in the Picture la curadora de arte Catherine McCormack, de controlar las construcciones arquetípicas de la feminidad que han influido en las ideas sobre el aspecto que han de tener las mujeres y cómo han de comportarse.

Esta sexualización impuesta convierte a Censori en una muñeca de exhibición para el placer voyeurista de West

"Los looks de Censori se componen de prendas repletas de sexualización. La cantidad constante y significativa de exposición de la piel impone tanto a ella como a su audiencia un marco sexual a través del cual mirarla. Esta sexualización impuesta convierte a Censori en una muñeca de exhibición para el placer voyeurista de West", escribe Maria Isolde en Medium

¿Está controlada o es cómplice?

Tanto Kanye West como Guram conocen bien el poder de la controversia, por lo que aunque a primera vista este efecto Pigmalión se limita a unas conflictivas dinámicas de poder, no podemos obviar que quizás tanto Doja como Bianca quieren ser también erigidas como figuras disruptivas de la moda, por lo que son cómplices de cada acción. El problema es que cuando se juega con la cosificación, entra en juego una posible dinámica de poder desequilibrada capaz de calar en el imaginario popular.

Una misteriosa mujer "vestida" de Alexander Wang
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Si, como señalaba Michel Foucault, el cuerpo es el escenario principal en el que se ejerce el poder en nuestra sociedad, normalizar estas conductas es peligroso. Tanto como el hecho de que a la hora de cierre de este artículo, la imagen de una mujer con la cara cubierta y enfundada en unos micro shorts de cuero mientras se cubre los pechos con un bolso se esté viralizando tras haber sido el vídeo publicado por Alexander Wang. Aún se desconoce quién es ella, pero lo que queda claro es que Wang está detrás del horrible look, y no olvidemos, por más que la industria de la moda lo haya hecho, que hablamos de un diseñador acusado de abusos sexuales.

Si en El traje nuevo del emperador, este iba desnudo creyendo lucir un diseño confeccionado con una tela que se volvía invisible cuando la contemplan las personas necias, por lo que nadie se atrevía a decirle que, en realidad, iba desnudo… ¿Estaremos haciendo lo mismo al no decir a quienes deambulan de tal guisa por las calles y alfombras rojas que están siendo fruto de una trampa? ¿Y si esos escasos centímetros de tela que llevan se encargan de visibilizar la forma en la que hemos normalizado la sexualización del cuerpo femenino y el control del hombre, pero nos empeñamos en no decirlo?

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