Más mujer

Analizamos el repunte de la violencia machista con una psicóloga, una abogada y una superviviente

El 25 de noviembre se 'celebra' este día pero hay que tenerlo presente siempre.
Malagón

Según el análisis 'Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género (EVDVG)' del 2021 publicado por el Instituto Nacional de Estadística, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 3,2% en el año 2021, hasta 30.141, y la tasa de víctimas de violencia de género fue de 1,4 por cada 1.000 mujeres de más de 14 años. Resulta doloroso señalar que las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de 2023 (apenas 15 días) ascienden a cuatro, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Pese a todos los avances legales, la cifra de denuncias anual oscila en torno a las 130.000, y la proporción de mujeres asesinadas que había presentado denuncia se mantiene entre un 20 y 30% cada año.

Esta cifra ha seguido creciendo en 2022, ya que según el Informe anual sobre Violencia de Género del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial: "las víctimas de la violencia machista aumentaron un 10,89 por ciento en el segundo trimestre del año 2022 y las denuncias, 45.743 en total, un 12,33 por ciento". Estos datos se tradujeron en un aumento de la tasa de mujeres víctimas por cada 10.000 mujeres registrada en toda España, que pasó de 16,6 en el segundo trimestre de 2021 a 18,4 (1,8 puntos más), en el mismo periodo del pasado año. Y sigue creciendo. 

Reconocer el problema

Por ello nos preguntamos cómo es posible que las cifras sigan en aumento. ¿Acaso existe cierto poso cultural que justifica la violencia dentro de la pareja? Comenzamos con las palabras de Aida Casanova, abogada especializada en derecho de familia, derecho penal y derecho civil, que indica que efectivamente, las desigualdades entre hombres y mujeres son una realidad social normalizada. Explica que aunque existen una serie de problemas visibles que están presentes en los medios de comunicación, que se combaten y que son el foco de las políticas de igualdad, todas las raíces invisibles que alimentan el sistema patriarcal (como son los estereotipos, los roles de género impuestos o las conductas sexistas) no siempre son reconocidas por la sociedad como problemáticas.

"Ser capaces de reaccionar ante un fenómeno social requiere que previamente seamos capaces de verlo y de nombrarlo. La violencia contra las mujeres ha sido invisible durante cientos de años. Nadie la veía ni la nombraba, ni siquiera las propias víctimas. El concepto de violencia de género tardó en llegar a los ordenamientos jurídicos y al derecho internacional. Esta denominación de violencia de género nace con el objetivo de señalar la importancia que en ello tiene la cultura, para dejar claro que esta forma de violencia es una construcción social estructural" asegura. 

La violencia contra las mujeres ha sido invisible durante cientos de años

"En la exposición de motivos de la LO 1/2004 se explica la problemática de la violencia contra las mujeres apuntando que la violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión", expone Aída Casanova.

Dejar de justificar al maltratador

Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga experta en violencia de género, mujer y bienestar emocional, añade que la violencia de género está rodeada de muchos mitos que la mantienen y justifican. ¿Un ejemplo?: "Que las cosas de pareja son algo privado, por lo que esta violencia es algo íntimo en lo que no debemos inmiscuirnos, o que los maltratadores son enfermos mentales o tienen problemas de adicciones. Si bien algunos tienen psicopatologías, la gran mayoría son hijos sanos del patriarcado que se sienten legitimados a usar la violencia para mantener la situación de dominio sobre su pareja", explica.

No solo es maltratato la violencia física

Le preguntamos a Carmen Giménez, atleta paralímpica, víctima de violencia de género y embajadora de la Fundación Adecco, cómo podemos conseguir frenar la violencia y por supuesto, exterminarla en algún momento. "Es fundamental trabajar en la prevención, que en este caso está ligada a la educación. Es necesario producir un cambio desde la base de la sociedad, desde la infancia y la juventud. Trasladar a la población más joven la tolerancia cero con la violencia de género. Hay que explicar en los colegios e institutos, con claridad y firmeza, lo que significa la violencia de género. Tenemos que insistir en el mensaje de que la violencia de género abarca muchos tipos de violencia: económica, social, psicológica, física, verbal, sexual… Y que esos comportamientos son violencia en cuanto se manifiestan en cualquier forma y situación. Es decir, no podemos cuantificar la violencia no podemos aceptar que "solo me insulta un poco", "solo me empujó un poco", "solo me revisó el móvil una vez". Estos comportamientos son, sin más, inaceptables, no hay que esperar a la paliza, al control absoluto, al desprecio total, no. Eso llegará, porque la violencia es como una semilla, que crece poco a poco con las condiciones adecuadas. Hay que educar a la población más pequeña y a los y las adolescentes en esta materia. El mensaje debe ser claro y llegar de forma claramente comprensible. Hay que insistir y trasladar el mensaje de forma adecuada para que los y las más jóvenes crezcan con la certeza y el convencimiento de que la violencia de género es inaceptable", asegura. Añade que esa conciencia social generalizada desde la infancia asentará las bases de una sociedad en la que la violencia contra la mujer sea rechazada por completo.

la violencia de género abarca muchos tipos de violencia: económica, social, psicológica, física, verbal, sexual… Y que esos comportamientos son violencia en cuanto se manifiestan en cualquier forma y situación

Nos quedamos un momento con la importancia de señalar que la violencia de género abarca muchos tipos de violencia para sumar a las palabras de Giménez las de la psicóloga Bárbara Zorrilla Pantoja. "Hay que enseñar a identificar no sólo la violencia física y que los medios de comunicación no se hagan eco sólo de los asesinatos y agresiones más brutales, sino de las diferentes formas de violencia que existen, psicológica, económica, sexual, etc. Es vital señalar el origen social y cultural de la violencia, para que no piensen que se trata de casos puntuales, sino que detrás de esos asesinatos hay infinidad de violencias que sufren las mujeres por el hecho de serlo, desde las más sutiles hasta las más manifiestas. También hay que realizar campañas de sensibilización transversales, formando a los y las profesionales en materia de violencia, trabajando en la prevención y coeducación desde la más temprana infancia”, asegura.

Trabajar la educación

Al hablar de educación, Aida Casanova señala que no solo se educa en la escuela. "Para educar a una futura ciudadanía que desarrolle las herramientas y recursos que combatan la desigualdad de género que está impregnada en nuestra sociedad, hace falta incorporar transversalmente los principios de la coeducación como preocupación que atañe a las diferentes áreas (y niveles) de la escolarización obligatoria, así como llevar a cabo una profunda reflexión y cambio del papel fundamental de todos los medios de comunicación para educar en igualdad", dice. "Es importante la actuación de las administraciones públicas, los instrumentos de la policía y del poder judicial, los servicios de asistencia, las líneas telefónicas de urgencia y las casas de acogida, labores que se han desarrollado enormemente en los últimos años en Europa y también en España", asegura.

También explica la importancia de la formación y la sensibilidad de todas las personas profesionales (dentro de la policía, medicina, trabajo social, judicatura etc.), así como la buena organización de los servicios que ofrecen, la celeridad en las actuaciones policiales y especialmente en las judiciales, pues son un instrumento importantísimo para atender y proteger a las víctimas de la violencia. "La conciencia del problema y el mayor conocimiento del fenómeno de la violencia contra las mujeres son enormemente importantes en estos colectivos profesionales, porque son quienes pueden advertir y prevenir que la violencia no llegue a niveles más graves. Seguimos asumiendo como normales muchas situaciones de trato desigual, imposición, dominio y banalización de la violencia. Y lo hacemos porque no hemos hecho una reflexión profunda sobre muchas de las costumbres y creencias que hemos heredado sin mediar reflexión crítica", añade.

Seguimos asumiendo como normales muchas situaciones de trato desigual, imposición, dominio y banalización de la violencia

Falta de recursos e intervención temprana

Frente a la importancia de contar con personalidad especializado, Bárbara Zorrilla Pantoja asegura que una de las cosas que están fallando a la hora de terminar con la violencia de género es precisamente que no hay recursos ni profesionales especializados suficientes para la demanda que hay. "También falta intervención temprana, formar a los profesionales que están en contacto con mujeres y menores en indicadores que puedan ponerlos en alerta. Hay que mejorar la coordinación entre recursos: juzgados, policía, servicios sociales, de atención a la mujer, servicios sanitarios, centros educativos, etc. Hay que acabar con los discursos negacionistas, seguir publicando datos y resultados de investigaciones con rigor que ponen de manifiesto que la violencia machista es un problema real, estructural y muy grave, que no puede usarse en ningún caso como instrumento político", explica la psicóloga, que subraya la importancia de la psicología para ayudar tanto a las víctimas, como a su círculo cercano, pues el entorno necesita un apoyo especializado para ayudarles a entender qué está pasando y por qué. 

Según el estudio realizado por la DGVG 'El impacto de violencia de género en España: una valoración de costes', las mujeres prefieren recibir ayuda psicológica por encima de otros tipos de ayuda. Pero es importante que se haga por parte de una profesional cualificada y especializada en la materia, que le puede ayudar a identificar que está viviendo una situación de maltrato, conocer los mecanismos del agresor y enseñarle a protegerse, que pueda valorar la sintomatología que presenta, tratarla y ofrecerle el acompañamiento necesario para su recuperación.

Buscar ayuda, denunciar, hablar

Carmen Giménez indica que según la ONU, menos del 40% de las mujeres que experimentan violencia buscan algún tipo de ayuda. Además, se constata que la mayoría de las mujeres que piden ayudan acuden a familiares y amistades. Muy pocas recurren a instituciones y menos del 10% de quienes buscan ayuda acuden a la policía. "Es decir, el porcentaje de mujeres que denuncia, después de haber sufrido violencia de género es mínimo, menos del 20% en un escenario optimista en un país como España", indica Carmen Giménez. Teniendo en cuenta que los datos también aumentan porque cada vez más víctimas alzan la voz... 

¿Cómo podemos lograr que se atrevan a denunciar? Marta Martinez Novoa, autora de 'Que sea amor del bueno', responde. "Es probable que lo básico para esto sea que las víctimas tengan la certeza de que realmente vale la pena denunciar. Que veamos que la justicia es realmente justa y protege a las verdaderas víctimas. Con lo cual, la justicia tiene que ponerse las pilas en esto, para que, por ejemplo, sirvan de referencia casos que son mediáticos para que la mujer maltratada que lo ve desde casa diga: "vale, hay salida", en lugar de: "pues para que me cuestionen y no me protejan, me ahorro exponerme a todo lo que desgasta un proceso judicial".

Carmen Giménez enfatiza que según los datos que publica cada año el CGPJ en su informe anual sobre violencia de géneros, cerca del 50% de las denuncias de violencia de género que se presentan terminan en sobreseimiento. Cree que esta información denota muchas cosas… Entre ellas, la percepción de las mujeres de que el sistema judicial no las protege de forma efectiva. "Es necesario por tanto un cambio normativo y sobre todo, un cambio en la aplicación de las leyes. No es aceptable que cerca del 50% de las denuncias por violencia de género terminen en un cajón", asegura. "Para ello es necesario dotar al sistema de un marco jurídico adecuado, pero también de recursos personales y materiales efectivos. Los y las policías encargados de proteger a las mujeres con orden de alejamiento de su agresor están desbordados, no tiene capacidad material ni personal de atender a tantas víctimas. La lectura e interpretación machista de muchas normas provoca también archivos de causas y desprotección de las mujeres. Los distintos poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) deben modificar sus planteamientos y trabajar de forma coordinada y eficaz contra la violencia de género. De forma transversal, apolítica, porque hay cuestiones como esta, que deberían carecer de signo político. Si alguien sufre, hay que ayudarla, sin más", dice la atleta.

De forma transversal, apolítica, porque hay cuestiones como esta, que deberían carecer de signo político. Si alguien sufre, hay que ayudarla, sin más

Hombres sin estereotipos

Para finalizar, queremos saber por qué la violencia de género aparece en edades cada vez más tempranas. "Creo que influye el hecho de que la polarización social que estamos viviendo también genera que los discursos negacionistas de este y otros temas estén más presentes. Este tipo de discursos es más habitual que penetre en los adolescentes, con su visión del mundo y ellos mismos a medio construir, y esto, a su vez, provoca más crispación y sigue normalizando muchos comportamientos abusivos. Además, quizás tampoco ayude la visión que se le da a veces al problema de la violencia machista como algo que 'perjudica' a los hombres, tildándoles de potenciales agresores, figura con la que lógicamente no se va a querer identificar ningún joven. Sin embargo, si planteásemos esta cuestión como algo en lo que los hombres jóvenes tienen un papel activo y unos beneficios también muy claros a la hora de deconstruirse para ellos mismos (liberarse de mil estereotipos que también les hacen daño), quizás sería más fácil que se viesen implicados en la lucha feminista y dejasen de verse como una parte del problema que debe ser linchada y empezar a percibirse como una parte clara de la solución que los libera a ellos mismos y también a ellas”, dice Marta Martinez Novoa, autora de 'Que sea amor del bueno'.

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