Más mujer

¿Condena la moda a las mujeres a temer a las arrugas?

Claudia Schiffer
Bordallo Pinheiro

La portada en la que ‘Vogue’ rinde homenaje a la mítica sesión fotográfica que fue portada en enero de 1990 al convertir a Linda Evangelista, Cindy Crawford, Christy Turlington y Naomi Campbell en sus protagonistas, retratadas por Rafael Pavarotti y con un estilismo a cargo de Edward Enninful, ha sido tan celebrada como criticada. El motivo por el que algunos no han visto con buenos ojos el resultado ha sido que opinan que el uso de Photoshop ha sido tal que las supermodelos parecen, en su opinión, fruto de la inteligencia artificial. "El mundo pone mucha presión sobre las mujeres a medida que envejecen, pero podemos seguir divirtiéndonos, siendo bellas y visibles", dice Cindy Crawford en el vídeo que se grabó tras haber tomado las fotografías.

La portada de Vogue
Rafael Pavarotti/Vogue

Sin embargo, ¿es oportuno que tal visibilidad se ponga en marcha cuando son los filtros y el Photoshop los protagonistas? ¿Acaso no están estas imágenes de nuevo poniendo la zancadilla al envejecimiento y cómo no, a las arrugas? "Hablamos de la cultura 'antiaging', esa que invade sin ir más lejos a los nombres de las cremas. Es un concepto a abolir, porque parece que creamos una cultura contra el envejecimiento en la que cualquier signo del paso del tiempo está repudiado. Queremos transformarlo al 'well aging', a envejecer con nuestra mejor versión. Al final, a muchas nos gusta cuidarnos, hacernos tratamientos y ponernos cremas para vernos bien, pero eso no significa pretender tener 20 años de por vida y no tener una sola arruga, sino querernos ver de la mejor manera posible en todas nuestras etapas y con nuestras edades", dice Elisabeth Álvarez, Directora de INOUT.

Así afectan las imágenes retocadas a nuestra autoestima

Una encuesta llevada a cabo entre estudiantes universitarias señaló que las mujeres tienden a comparar sus cuerpos de forma negativa con celebridades cuando revisan el contenido que ven en las redes sociales, una prueba más de la importancia del tipo de imágenes que consumimos y que tanto las redes como los medios plasman. ¿Qué efectos puede tener para una mujer ver a mujeres de 50 años sin una sola arruga, por más que sepamos que es fruto del photoshop? Responde Silvia Congost, psicóloga experta en dependencia emocional, autoestima y relaciones tóxicas. "La forma natural de valorarnos de los seres humanos, la manera en la que decidimos cuánto valemos o si somos más o menos adecuados, atractivos o valiosos es, sin ninguna duda, comparándonos con los demás. Lo hacemos todos, seamos o no conscientes de ello", explica.

"El hecho de ver de forma constante, imágenes de otras mujeres perfectas, con pieles sin arrugas, cuerpos sin una pizca de celulitis y unas medidas siempre adecuadas y a las que todo les queda bien, a la gran mayoría, les hará sentir que no están a la altura, o que están demasiado lejos de ello que ven y que, por lo tanto, valen menos. Es decir, se trata de algo que puede influir de manera directa a nuestra autoestima. Son muchas las mujeres que no se atreven a quitarse la ropa en una playa o que ya directamente deciden no ir a pesar de que les encantaría. Ni siquiera se dan cuenta de que la gran mayoría de las que la rodean, no encajan con las imágenes que ha estado consumiendo en las revistas y las redes sociales", asegura. 

La portada de Vogue
Rafael Pavarotti/Vogue

El problema de la comentada portada es que es un homenaje a esas mujeres que triunfaron precisamente por su magnetismo, siendo las supermodelos la antítesis de las modelos que hasta entonces eran empleadas por la moda como meros maniquíes. Si se las despoja ahora de esa expresividad y frescura por las que fueron conocidas, volvemos a enfrentarnos a mujeres carentes de arrugas, sí, pero también de expresión y de singularidad. 

Una portavoz de la revista ha asegurado que las imágenes cuentan con un "retoque mínimo", pero como señala Vanessa Friedman en New York Times, "en un mundo en el que cada vez estamos más preocupados por la delgada línea que separa a la realidad virtual de la realidad y en la que la desinformación abunda, la definición de 'mínimo' y de lo que realmente significa es lo verdaderamente preocupante".

¿Oportunidad perdida?

Las revistas venden la imagen de que están apostando por mujeres maduras en sus portadas, pero, ¿acaso no pierden la oportunidad de hacerlo de forma pertinente en el instante en el que abusan del photoshop? "Si lo analizamos, lo que está ocurriendo hoy en día es bastante ridículo. Por un lado, hay revistas y marcas que destacan y ponen en primera línea modelos y actrices de más de 60 porque se supone que quieren hacer frente al edadismo y normalizar la belleza a cualquier edad, pero las transforman por completo a base de filtros y retoques para que según ellos, quede mejor la imagen. Es muy contradictorio y absurdo. También es cierto que están apareciendo algunas campañas y otras marcas que tratan de mantener la naturalidad y esto es lo que deberíamos lograr de forma más permanente", dice Congost, que señala que contra la industria del photoshop, lo único que podemos hacer es tratar de recordar que no son imágenes reales, que las han modificado. 

"Es posible que si un día te cruzas con una persona que habías visto con tantos filtros, te lleves una decepción o quizás una alegría, al darte cuenta que, al igual que tú, su piel envejece, que su cuerpo probablemente no es perfecto y que tiene días de todo, igual que nos pasa a todas. Deberíamos tratar de invertir menos tiempo dejándonos seducir por imágenes irreales e incorporar hábitos que nos hagan sentir que nos amamos a nosotras mismas, cuidando nuestro cuerpo y nuestra mente por dentro y por fuera y tratando de mantenerlo en buen estado físico y de salud. Aprender a amarnos y a cuidarnos de verdad es el mejor alimento para nuestra autoestima", asegura.

Las supermodelos de los años 90 no destacaron sólo por su belleza, sino por su personalidad y su unicidad. Si queremos volver a aplaudir a las revistas por valorar la magia de esas mujeres, quizás sea importante que las permitamos envejecer para que así el resto dejemos de temer el paso del tiempo y dejemos de ver cada cana, cada arruga y cada trampa de la gravedad como una condena cuando en realidad, son señales del triunfo de la existencia. 

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