Después de un liposucción, ¿qué hay que hacer?
- Ponerse en manos de profesionales cualificados para la recuperación.
- Acorta el periodo de baja y mejora la calidad de vida del paciente.
- Mejora el proceso de cicatrización y se controlan los efectos secundarios.
Las liposucciones son una manera rápida para eliminar la grasa rebelde. Tras salir de quirófano es muy importante ponerse en manos de profesionales cualificados que ayuden a conseguir resultados sorprendentes.
Un buen tratamiento de recuperación consigue resultados espectaculares a nivel físico y disminuye el dolor que puede aparecer y frecuentemente aparece, tras una liposucción. Sus beneficios, además de disminuir el periodo de baja, repercuten directamente en la calidad de vida del paciente, y en un seguimiento mucho más cercano de su evolución.
Además se mejora el proceso de cicatrización y se controlan los posibles efectos secundarios de las cirugías. Por otra parte, se genera en el paciente una mejor aceptación a nivel neurológico y cerebral, psicológico. De hacerlo o no, hay una diferencia como de la noche al día.
Para empezar, se realiza un seguimiento del paciente para evaluar su evolución y localizar todo síntoma que requiera alguna acción. Independientemente de estos contactos, el paciente puede (y debe) llamar en cualquier momento, ante cualquier síntoma.
A los dos días de la intervención (dependiendo de la cirugía) se comienzan los ejercicios de rehabilitación y los masajes de drenaje (a cargo de fisioterapeutas expertos) para obtener una recuperación rápida y poco dolorosa, además de trabajar la cicatriz.
Este procedimiento combina el drenaje linfático con aparatología. A través del masaje de drenaje linfático se libera al organismo del proceso de detoxificación de los restos postquirúrgicos, ya que se acelera la velocidad del flujo linfático, relajando contracciones musculares y actuando a la vez sobre la evolución de la cicatriz.