Valentín Fuster, cardiólogo: "Los niños que nazcan ahora vivirán hasta los cien años"
Es la estrella indiscutible del corazón. Ha tratado a Jaime de Marichalar y Sadam Hussein, pero no le gusta hablar de ello. “Permítame que no hable de ese tema. Por una cuestión muy obvia no puedo hablar de mis pacientes”.
Hay más de treinta reporteros gráficos en el Colegio de Médicos de Madrid esperándole. La presentación de su libro,”La Ciencia de la Salud. Mis consejos para una vida sana”, editado por Planeta parece casi la presentación de un disco de Julio Iglesias…Ha acudido hasta “Aquí hay tomate”.
Valentín Fuster, director del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York tiene la agenda más endemoniada del mundo.
Pero para él , que ha hablado siempre del stress como desencadenante de muchas enfermedades coronarias, eso, afirma, no es un problema. “lo controlo y me auto controlo”. Según el doctor, el enfermo cardiaco muere más tarde que hace treinta años. “Cada década, la esperanza de vida aumenta en dos o tres años. No resultado arriesgado pronosticar que los individuos que nazcan ahora vivirán más de cien años”.
Valentín Fuster se lleva las manos a la cabeza cuando habla de la población infantil. “Antes los niños corrían y jugaban. Ahora los ves con diez años enganchados a un móvil o a una maquinita electrónica”.
Hay dos grandes parámetros de comportamiento que inciden en nuestra salud, la primera, la cultura del dinero, lleva al stress y a la ansiedad, la segunda, a la obesidad y a la depresión”.
Precisamente su libro “La Ciencia de la salud” aborda todos estos temas.
En él incide especialmente en el ejercicio físico, como señala en uno de sus capítulos: “Los efectos de la actividad física son similares a los de un fármaco: actúa sobre el colesterol, sobre la insulina, sobre la tensión arterial…En realidad, si tuviéramos un fármaco que tuviera los mismos efectos que la actividad física, y que tuviera tan pocos efectos secundarios, se lo recetaríamos a todo el mundo. Pero recetaríamos una píldora al día, o como mucho cada dos días, para mantener una actividad constante sobre el colesterol, la tensión y la insulina a lo largo de la semana.
Dejar toda la actividad física para el fín de semana equivale a tomar dos píldoras, aunque sea en ración doble , concentradas en sábados y domingos. Puede que consigamos un gran beneficio el lunes o incluso el martes, pero seguro que a partir del miércoles los efectos son menores”.