Madrid

Túnel de la M-30: de Cibeles a la carretera de Valencia, en diez minutos

Por dentro. El túnel de la M-30 con la A-3 está abierto al tráfico desde el pasado día 3 de abril.
jorge parís

Muchos madrileños habrán utilizado esta Semana Santa el nuevo túnel de la M-30 hacia la A-3 para salir de la capital.

El subterráneo, que entró en funcionamiento el pasado día 3, ofrece a los automovilistas un considerable ahorro de distancia y tiempo. Combinado con el de O’Donnell permite ir de Cibeles a la autovía de Valencia en apenas diez minutos.

La infraestructura, que evita pasar por la plaza de Conde de Casal, tiene una longitud de 793 metros, de los que 452 van bajo cubierta. La obra, que concluyó seis meses antes de lo previsto, ha costado 63,5 millones de euros.

Las obras, a examen:

  • Funcionalidad: Excelente. El túnel evita uno de los mayores rodeos que hasta ahora había que dar para salir de la M-30 hacia una gran autovía. En menos de la mitad de trayecto, el subterráneo coloca a los vehículos en plena A-3 sentido Valencia.
  • Señalización: Adecuada, después de que el Ayuntamiento corrigiera una señalización contradictoria que estuvo confundiendo a los conductores durante varios días, ya que se mantenían los carteles que indicaban el antiguo desvío para tomar la autovía hacia Levante.
  • Vegetación: Aunque el Ayuntamiento dice haber plantado 980 árboles, el aspecto exterior de este nudo viario apenas ha variado con respecto a su imagen anterior. Tan sólo en un talud lateral se aprecia la superficie en la que se eliminó la vegetación original y ahora se ha replantado.

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