Viajes

Convierten el legado de excesos de Imelda Marcos en una ruta turística en Manila

En el Palacio de los Cocoteros, uno de las extravagancias impulsadas por Imelda Marcos.
FLICKR/Cimm

Situada junto a la desembocadura del río Pásig, en la isla de Luzón, Manila es la capital de Filipinas. El turista que llega a esta ciudad, la segunda del país por número de habitantes, puede pensar en la ciudad moderna y activa que es o en la ciudad colonial y española que fue. Pero entre una y otra, surgen rutas alternativas, algunas ciertamente peculiares.

Es el caso de "Living la vida Imelda", la ruta ideada por el guía Carlos Celdrán para mostrar los excesos y vivencias de la más famosa y polémica mujer de Filipinas, Imelda Marcos, durante la época en la que empleó el poder de su marido, el dictador Ferdinand.

El fastuoso Centro Cultural de Filipinas es el buque insignia del conjunto arquitectónico que la viuda del dictador ordenó construir a finales de los años sesenta junto a la bahía de Manila.

Inaugurado en 1969 con la asistencia del entonces gobernador de California, Ronald Reagan, este centro –construido con materiales de lujo como el mármol y recargado con todo tipo de ornamentos– se convirtió en la gran referencia artística de Asia al acoger espectáculos de renombre internacional.

Otra muestra del gusto de Imelda por la exuberancia es el mastodóntico Centro Nacional de Convenciones de Filipinas, hoy prácticamente en desuso.

Un palacete de madera de cocotero

La esposa del dictador ideó un lujoso palacete construido con la madera de los cocoteros para acoger al Papa Juan Pablo II en su visita a Filipinas en 1981. El Vaticano se negó a que el Pontífice se hospedara en ese pomposo complejo, en un país tercermundista en que una gran parte de la población padecía de malnutrición.

En el Palacio de los Cocoteros sí se alojaron el actor George Hamilton, asiduo a las fiestas de la alta sociedad manileña, la actriz Brooke Shields, y el dictador libio Muamar al Gadafi.

Su génesis resulta insultante. "Imelda visitó a unos campesinos y les reprendió porque sus chozas eran feas. Ellos le contestaron que sólo tenían cocoteros y no podían hacer más. La respuesta de Imelda fue levantar un palacio con materiales extraídos de esos árboles para demostrar que no había excusas cuando se trata de crear belleza", comenta Celdrán.

Un teatro para Amparo Muñoz

Otro de los edificios que de mejor forma ilustran el espíritu del reinado de Imelda es el Teatro de Arte Popular, con capacidad para 10.000 personas y construido a petición de la exprimera dama en sólo 77 días para acoger el concurso de Miss Universo de 1974, que coronó a la española Amparo Muñoz.

Imelda marcos, que a sus 82 años ocupa un escaño en el Congreso, fue un apoyo fundamental para su marido mientras gobernó el país con puño de hierro entre 1965 y 1986, cuando una revuelta popular apoyada por el Ejército y la Iglesia les obligó a exiliarse a Hawai, donde Ferdinand murió en 1989.

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