Tenerife

"No nos falta de nada, pero que acabe pronto la emergencia", piden los evacuados de El Hierro

Una treintena de turistas, realojados en Valverde por la erupción subacuática.
Cristobal García / EFE

"Tenemos cama, comida, champú para la ducha y colonia. ¿Qué mas podemos pedir?", se pregunta Rosi Quintero, que forma parte del grupo de sesenta vecinos de La Restinga que aún siguen alojados en la residencia de estudiantes de Valverde, en El Hierro.

El martes a mediodía, Rosi había vuelto a su casa tras su turno como barrendera en La Restinga y oyó jaleo en la calle. Un vecino gritaba que había que acudir al campo de fútbol para la evacuación. Desde entonces vive, junto a su marido Jesús y la hija de ambos, Noreli, de 12 años, en esta residencia del municipio de Valverde que se ha convertido en el hogar de los que no tenían a dónde ir tras la erupción subacuática.

"Me tomaba las noticias de los terremotos de vacilón", confiesa Rosi al teléfono desde el albergue improvisado que gestiona el ayuntamiento de Valverde con ayuda de  Cruz Roja. "No pensaba que fuéramos a llegar a esto, a ser evacuados", dice. De los más de 9.600 sismos vividos en la zona desde el verano sólo el temblor fuerte del sábado, de 4,33 de magnitud, hizo que Rosi se pusiera en guardia. Pero, por mantener en calma a su hija, ella hizo de tripas corazón. Y así sigue, tomándose las cosas "con tranquilidad".

Los turistas se van

La Restinga es un municipio costero de El Hierro, principalmente de pescadores y clubes de buceo, que desde su evacuación se ha convertido en una localidad fantasma. No hay ni rastro de sus 600 habitantes. "La mayoría de los vecinos  se ha ido a El Pinar", explica el concejal de servicios de Valverde, Juan Manuel Casañas. "Muchos tienen allí casas. La Restinga no deja de ser una localidad de veraneo de los residentes de El Pinar". A Valverde  -a la residencia y al polideportivo- han llegado los que no tenían familia en la isla y los turistas.

"Los turistas ya se han ido marchando", corrobora Rosi al teléfono. "La mayoría se fue ayer (este miércoles)". La responsable de Cruz Roja de la isla, Elvira Machín, cuenta que los visitantes han preferido cambiar de isla o, directamente, anular sus vacaciones y adelantar el regreso a sus lugares de origen.

Las horas en esta residencia de estudiantes pasan lentas, esperando el goteo de las noticias de la crisis sísmica. A veces los rumores se disparan e intranquilizan a los residentes. "Oyes esto, lo otro y te preocupas", dice Rosi, "pero noticias de verdad de lo que va a pasar o de cuánto tiempo tendremos que estar aquí no las tenemos".

Los que tienen comercios de La Restinga, cuenta Rosi, están preocupados por si un eventual apagón da al traste con el género fresco que guardan. Los negocios relacionados con el turismo, principalmente clubes de buceo, apartamentos y centros de alquiler de vehículos, ya notan los efectos de esta crisis de origen natural. Y no han recibido ningún tipo de ayuda.

Medicamentos y ropa

"Nos han cancelado todas las reservas. No viene nadie a El Hierro, ni siquiera a otros pueblos que no son La Restinga", cuenta Laura, empleada de Autos Cruz Alta. Y, para más inri, a última hora les han cancelado el Open Foto Sub, el certamen internacional de fotografía submarina de la isla de El Hierro, que se iba a celebrar entre el 15 y el 22 de octubre.

Los trabajadores sociales y los voluntarios que atienden a los evacuados aseguran que la situación es de completa tranquilidad. "Todo lo que necesitan es algun medicamento, ropa o kit de higiene", explica la responsable de Cruz Roja. Rosi ha oído que tal vez esta tarde pueda regresar brevemente a su casa a coger algunas pertenencias. "Si me dejan ir", cuenta, "cogeré un poquito de ropa". Poco, porque lo que ella espera es que esta situación "se acabe pronto".

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