El director holandés George Sluizer tiene en su poder la última película que grabó River Phoenix, el prometedor actor cuya carrera se vio truncada la noche de Halloween de 1993. Ahora, 18 años después de su muerte, Dark Blood saldrá a la luz.

Sluizer escondió la película para evitar que fuera destruida tras la muerte de Phoenix, quien falleció de una sobredosis a las puertas del local The Viper Room, propiedad de Johny Depp, en Los Angeles.

Ahora, casi 20 años después, el director ha decidido reeditar el material para que, con un par de arreglos, la cinta pueda estrenarse en cines en 2012.

Una de las cosas a retocar de la cinta original es la voz de su protagonista. El hermano del fallecido, Joaquin Phoenix -quien diera vida al emperador Cómodo en la película Gladiator- podría ser el encargado de realizar esa labor.

"Las voces de uno y otro hermano suenan muy parecidas", ha explicado Sluizer, director del aclamado film Desaparecida (1988). Para dar término a la cinta, el cineasta ha mantenido además contacto con la familia Phoenix, según recoge en exclusiva The Hollywood Reporter.

En Dark Blood, Phoenix da vida a un ermitaño que vive en mitad del desierto en un campo de pruebas nucleares a la espera del fin del mundo. Hasta allí llegará una acomodada pareja -interpretada por Judy Davis y Jonathan Pryce- en busca de un lugar donde vivir, momento en el que Phoenix comenzará una turbulenta relación con Judy.

River Phoenix era uno de los actores más prometedores de su generación. Conocido como “el nuevo James Dean”, su trabajo fue aclamado por la crítica y el público alcanzando gran popularidad como ídolo adolescente del momento.

Como protagonista o con papeles secundarios, participó en películas como Cuenta conmigo (1986), La Costa de los Mosquitos (1986), y Sneakers (Los Fisgones) (1992).

Su papel en Un lugar en ninguna parte (1988), una cinta dirigida por Sidney Lumet bajo el título original de Running on Empty, le propició una nominación al Oscar y otra a los Globos de Oro. También participó en proyectos independientes y de culto como Mi Idaho Privado (1991) del director Gus Van Sant.