Artes

El artista pop que disfruta pintando desde que aprendió a hacerlo con lentitud

Uno de los cuadros de Alex Katz que se exponen en Hannover
Courtesy Galerie Jablonka, Köln © VG Bild-Kunst, Bonn 2011. Photo: Paul Takeuchi, New York

Alex Katz (Nueva York - EE UU, 1927) es artista honorario de varias instituciones de relumbrón, entre ellas la American Academy of Arts and Letters, y sus cuadros están en las colecciones permanentes de una buena cantidad de museos de alcurnia. No es para menos: el pintor, grabador e ilustrador estadounidense lleva pintando desde los años cincuenta del siglo pasado y ha desarrollado un estilo que las generaciones posteriores han citado como influyente.

Lo sorprendente de Katz es que no se comporta como una figura. Al igual que sus cuadros (figurativos pero simples), es una persona sin humos que sigue a lo suyo.

Algunos le consideran uno de los padres del pop art, pero él prefiere explicar que sólo empezó a pintar bien y a disfrutar haciéndolo cuando se percató de que no era necesario "pintar deprisa, sino más lento que tus pensamientos".

Katz regresa ahora a Europa con Naked Beauty (Belleza desnuda), una exposición que presenta la galería Kestnergesellschaft de Hannover (Alemania). Es una delicia para los ojos y los sentidos.

La figura humana y Nueva York

La idea de la antología, integrada por cuadros datados entre los años ochenta y 2011, es contraponer la figura humana y la ciudad de Nueva York, a la que el artista ama con intensidad. La exposición se convierte en un paseo por la enorme capacidad de Katz para elaborar símbolos universales a partir de impresiones subjetivas, en este caso del cuerpo humano y la arquitectura.

Las visiones de Nueva York y los cuadros de cuerpos humanos resumen la esencia de la obra de este precursor: captar momentos fugaces en forma y percepción para presentarlos con naturalidad casi fotográfica y planos de color muy intensos.

Situado entre los más importantes pintores estadounidenses contemporáneos, lleva desarrollando y purificando su estilo desde los años cincuenta. Tuvo entonces que enfrentarse a la tendencia dominante del impresionismo abstracto y salió bien parado: logró que su figuración limpia, como ha sido llamado su estilo, perdurase.

Las pinturas de Katz están en las colecciones de un centenar de museos públicos de todo el mundo, entre ellos el Metropolitan Museum of Art y el MoMa, de Nueva York, la Tate, de Londres, y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid,

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