Valencia

Los testimonios más reveladores del 'caso de los trajes' dan paso al sastre José Tomás

El expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps (c), y el exsecretario regional del PP valenciano, Ricardo Costa (i), durante una sesión del juicio contra ambos por el 'caso de los trajes' relacionado con la trama Gürtel.
Juan Carlos Cárdenas / REUTERS

El testimonio de una de las cajeras de Forever Young y el del responsable informático de esta tienda de ropa, a quienes se había reservado a priori papeles "secundarios" en la "superproducción" en la que se ha convertido el juicio del caso de los trajes, se han tornado en dos de los más reveladores del proceso.

Su aparición en el estrado, la particular escena sobre la que discurre esta trama, en la segunda semana de juicio ha ensombrecido el testimonio de quienes se esperaba fuesen los verdaderos protagonistas, los dos imputados y los supuestos cabecillas de la trama.

La naturalidad y la cercanía del relato de estos exempleados ha contrastado con las encorsetadas o inexistentes respuestas de Pablo Crespo, Francisco Correa o Álvaro Pérez el Bigotes, y también con el discurso de Camps, que si bien fue convincente y seguro, también tuvo una fuerte carga política.

El expresident (que estuvo acompañado el pasado miércoles por altos cargos del PP como Rita Barberá, Alfonso Rus y Sonia Castedo) ha escuchado esta semana las acusaciones de la cajera Maria Calero, una testigo que afirma haberle visto salir de la tienda con prendas sin pagar.

"Pensaba que iba a pedirme el tique o a pagarme, pero vino simplemente a darme la mano y a decirme gracias y se fue. Yo no sabía quién era y me quedé cortada. Tuve que preguntar a quién había saludado", explicó esta testigo, en la que quizá ha sido la frase más impactante de la semana.

La exempleada de Forever Young relató que era una práctica habitual anotar las prendas adquiridas por Camps y Costa en la cuenta de Álvaro Pérez "el Bigotes" porque se sabía que "todos eran los mismos".

La semana empezó "torcida" para los intereses de los procesados con los testimonios del responsable de la empresa de confección a la que Forever Young y Milano encargaban las prendas a medida, que confirmó pedidos a nombre de Camps desde noviembre de 2005.

Según Francisco Gorina, exadministrador de Sastrerías Gorina (Sastgor), su empresa confeccionó cinco trajes para Camps a través de Forever Young y siete trajes y dos americanas a través de Milano.

Tampoco ayudó el testimonio de un agente de policía que ratificó diferentes informes en los que determinó que Camps y Costa adquirieron prendas en Milano y Forever Young que fueron abonadas por empresas de la red Gürtel.

Este agente declaró además que Camps llamó dos veces al sastre José Tomás mientras este prestaba declaración, aunque a preguntas de la defensa reconoció que no investigó esas llamadas para cerciorarse de su autenticidad y que Tomás dijo, en su primera declaración, que Camps pagó en efectivo las prendas que adquirió.

Tiques modificados, correo electrónico manipulado...

Otro de los "giros" argumentales destacados en la segunda semana de juicio lo ha constituido la introducción en escena, por parte de la contable de Forever Young, Raquel Vázquez, de un supuesto hacker que habría irrumpido en su ordenador y manipulado su correo electrónico, hechos que no denunció.

Esta es la explicación que la testigo dio al hallazgo de un correo en el que supuestamente solicitaba al informático de la empresa que modificase los tiques de venta y las facturas para que, en lugar del nombre de Camps figurase "Alv Pérez".

El informático, Francisco Ferre, reconoció haber realizado estos cambios, pero dijo que lo hizo a petición de los responsables del comercio y negó la existencia del supuesto 'hacker'.

Además, aseguró haber entregado copias de todas sus acciones a un letrado, ante el temor de que quienes le solicitaron esos cambios pudiesen "tergiversarlo todo" y usarlo en su contra.

Frente a la diversidad de testimonios contra los argumentos de Camps, su letrado, Javier Boix, ha centrado buena parte de sus intervenciones en tratar de desacreditar el testimonio de los exempleados de las tiendas, en la medida en que estos apoyaron al sastre José Tomás en el litigio que le enfrentó con el propietario de Forever Young, Eduardo Hinojosa, y han seguido manteniendo reuniones con él.

La comparecencia de Hinojosa, pese a haberse prolongado durante cerca de siete horas, ha aportado apenas dos o tres argumentos nítidos en torno a la idea de que no había en la tienda registros a nombre de Camps ni Costa y explicaciones confusas e incluso contradictorias ante cualquier otra pregunta.

El juicio se retomará el lunes con la declaración de José Tomás y previsiblemente seguirán las sesiones maratonianas, cuyas consecuencias se han evidenciado ya en forma de bostezos e incluso "cabezadas" entre quienes pueblan el estrado.

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