Madrid

Más de 95.000 madrileños están sin ahorros por comprar productos de riesgo

José García y Consuelo Quiroga, con la documentación que firmaron.
JORGE PARÍS

Los ahorros de toda una vida, la indemnización de un despido, una herencia..., en todo caso, dinero legítimo al que ahora miles de madrileños no pueden acceder por la falta de liquidez de los bancos. Un problema que afecta a más de 95.000 personas de la comunidad, según estima la Asociación de Usuarios de Bancos, Seguros y Cajas de Ahorros (Adicae). En total son cerca de 1.800 millones de euros, con un importe medio de 20.000 euros por afectado.

Adicae asegura que estos ciudadanos (casi todos pensionistas y gente mayor) fueron "estafados" por sus respectivas entidades financieras (la mayoría, cajas de ahorros). Estas cajas comercializaron participaciones preferentes (productos de alto riesgo financiero) como si se tratara de inversiones seguras y de renta fija, motivo por el cual ahora no pueden sacar su dinero.

"Se trata, sobre todo, de gente de edad avanzada a la que hacían firmar documentos, normalmente con engaños y sin informarles debidamente, para que traspasaran sus ahorros a estos productos. Algunos ni llegaban a leerse lo que firmaban", explica Antonio Pulido, coordinador de Adicae Madrid. "Si alguna de estas personas se siente estafada, puede acudir a nuestra propia sede, pero también ante el Banco de España o el Fiscal Mayor, donde serán informados y asesorados convenientemente", explica Alberto Álvarez, portavoz de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP).

Las participaciones preferentes son un tipo de producto financiero que no está cubierto por el fondo de garantía de los bancos, por lo que su rentabilidad es mayor, pero también los riesgos de pérdidas. Normalmente, el usuario bancario cree que adquiere algo parecido a un depósito, pero en realidad las entidades no están obligadas a devolver el capital inicial o los intereses generados si no poseen liquidez.

Crisis de liquidez

Durante la época de vacas gordas, los grandes beneficios permitían cumplir con las expectativas de los clientes. Pero ahora, con la crisis del sistema financiero, todos estos millones están bloqueados y sin posibilidad de recuperarse.

La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) asegura no tener "nada que decir" sobre el tema tras ser preguntada por 20 minutos. Sí ha respondido La Caixa, una de las 38 entidades financieras denunciadas por Adicae, a la cabeza en cuanto al volumen de emisión de estas participaciones en toda España (4.897 millones de euros). Desde la caja aseguran que sus empleados no han estafado a nadie, y achacan todo al contexto del mercado y a los cambios requeridos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que el pasado verano pidió a las entidades financieras que vendieran sus participaciones preferentes a su valor razonable. "Para solventar el problema hemos propuesto canjear sus acciones por obligaciones subordinadas a diez años y obligaciones convertibles en acciones", explica un portavoz de La Caixa, que reconoce, sin embargo, que estos otros productos también están expuestos al vaivén del mercado, por lo que "existe el riesgo de que puedan valer menos".

Como esperanza para los afectados por este problema está el caso de Jerónimo Bravo, un murciano que en abril de 2011 ganó un juicio al Banco Popular por venderle un producto financiero muy complejo sin informarle y por el que llegó a perder 100.000 euros.

25.962 millones en toda España

El problema no se circunscribe únicamente en Madrid. En toda España, las entidades financieras han emitido, desde 1999, unos 25.962 millones de euros en acciones preferentes, según Adicae, que presentará una denuncia ante el Banco de España. En total, más de 700.000 ahorradores tendrían sus inversiones atrapadas. Los afectados ya se han manifestado varias veces en denuncia. La última, frente a la sede de La Caixa en Madrid.

José García y Consuelo Quiroga: "Firma aquí y nos encargamos de todo"

José (84 años), un excamionero jubilado de Alcobendas, es el que mantiene el ritmo de la conversación. Su esposa (83 años) tiene alzhéimer y solo muestra su irritación con algunos cambios de semblante. "Te juro que si hubiera tenido una pistola, les habría matado allí mismo", asegura José, que recuerda cómo hace un año, por una urgencia, quiso acceder a sus ahorros de toda la vida (150.000 euros guardados como acciones preferentes de La Caixa). "Era para mis hijos, pero mi mujer necesitaba a alguien que la cuidara y con los 600 euros de pensión no nos llegaba", dice. "Fue cuando me dijeron que el dinero estaba en las Islas Caimán y que no se podía recuperar. Me habría muerto en ese momento. Era cliente de la oficina desde hacía 20 años", explica. "A Santiago y Adelaida (los empleados de la sucursal que le hicieron firmar) les conocía personalmente y me dieron su palabra de que no había riesgos. Ellos se acercaron a vendérmelo. No leí ni un papel: ‘Firma aquí y nosotros nos encargamos de todo’, me dijeron".

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